PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS TESALONICENSES

1 Tesalonicenses, escrita desde Corinto algún tiempo dopo, recuerda la experiencia de la evangelización y quiere aclarar algunos puntos doctrinales - en particular aquellos relacionados con la condición de los muertos en el momento de la ""parusía"", esto es, del advenimiento de Cristo glorioso. "


1 Tesalonicenses (BPD) 1


PRIMERA CARTA A LOS TESALONICENSES

Saludo inicial


ACCIÓN DE GRACIAS POR LA FE DE LOS TESALONICENSES


Elogios y felicitaciones

4 Sabemos, hermanos amados por Dios, que ustedes han sido elegidos. 5 Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu Santo y de toda clase de dones. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. 6 Y ustedes, a su vez, imitaron nuestro ejemplo y el del Señor, recibiendo la Palabra en medio de muchas dificultades, con la alegría que da el Espíritu Santo. 7 Así llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y Acaya. 8 En efecto, de allí partió la Palabra del Señor, que no sólo resonó en Macedonia y Acaya: en todas partes se ha difundido la fe que ustedes tienen en Dios, de manera que no es necesario hablar de esto. 9 Ellos mismos cuentan cómo ustedes me han recibido y cómo se convirtieron a Dios, abandonando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperar a su Hijo, que vendrá desde el cielo: Jesús, a quien él resucitó y que nos libra de la ira venidera.

La actividad de Pablo en Tesalónica

2 1 Ustedes saben muy bien, hermanos, que la visita que les hicimos no fue inútil. 2Después de ser maltratados e insultados en Filipos, como ya saben, Dios nos dio la audacia necesaria para anunciarles su Buena Noticia en medio de un penoso combate. 3Nuestra predicación no se inspira en el error, ni en la impureza, ni en el engaño. 4 Al contrario, Dios nos encontró dignos de confiarnos la Buena Noticia, y nosotros la predicamos, procurando agradar no a los hombres, sino a Dios, que examina nuestroscorazones. 5 Ustedes saben –y Dios es testigo de ello– que nunca hemos tenido palabras de adulación, ni hemos buscado pretexto para ganar dinero. 6 Tampoco hemos ambicionado el reconocimiento de los hombres, ni de ustedes ni de nadie, 7 si bien, como Apóstoles de Cristo, teníamos el derecho de hacernos valer.

La actitud paternal de Pablo

La fe y la paciencia de los tesalonicenses

13 Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen. 14 En efecto, ustedes, hermanos, siguieron el ejemplo de las Iglesias de Dios, unidas a Cristo Jesús, que están en Judea, porque han sufrido de parte de sus compatriotas el mismo trato que ellas sufrieron de parte de los judíos. 15 Ellos mataron al Señor Jesús y a los profetas, y también nos persiguieron a nosotros; no agradan a Dios y son enemigos de todos los hombres, 16 ya que nos impiden predicar a los paganos para que se salven. Así, constantemente están colmando la medida de sus pecados, pero la ira de Dios ha caído sobre ellos para siempre.

Las inquietudes de Pablo

El viaje de Timoteo a Tesalónica

La alegría de Pablo por las noticias recibidas

El deseo y la súplica de Pablo


DIRECTIVAS A LA COMUNIDAD Y ENSEÑANZA SOBRE LA VENIDA DEL SEÑOR


Exhortación a la santidad y a la pureza de vida

Exhortación al amor y al trabajo

La Venida del Señor y la resurrección final

13 No queremos, hermanos, que vivan en la ignorancia acerca de los que ya han muerto, para que no estén tristes como los otros, que no tienen esperanza. 14 Porque nosotros creemos que Jesús murió y resucitó: de la misma manera, Dios llevará con Jesús a los que murieron con él. 15 Queremos decirles algo, fundados en la Palabra del Señor: los que vivamos, los que quedemos cuando venga el Señor, no precederemos a los que hayan muerto. 16 Porque a la señal dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo. Entonces, primero resucitarán los que murieron en Cristo. 17 Después nosotros, los que aún vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos al cielo, sobre las nubes, al encuentro de Cristo, y así permaneceremos con el Señor para siempre. 18 Consuélense mutuamente con estos pensamientos.

La vigilancia cristiana

4 Pero ustedes, hermanos, no viven en las tinieblas para que ese Día los sorprenda como un ladrón: 5 todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas. 6 No nos durmamos, entonces, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios. 7 Los que duermen lo hacen de noche, y también los que se emborrachan. 8 Nosotros, por el contrario, seamos sobrios, ya que pertenecemos al día: revistámonos con la coraza de la fe y del amor, y cubrámonos con el casco de la esperanza de la salvación. 9 Porque Dios no nos destinó para la ira, sino para adquirir la salvación por nuestro Señor Jesucristo, 10 que murió por nosotros, a fin de que, velando o durmiendo, vivamos unidos a él. 11 Anímense, entonces, y estimúlense mutuamente, como ya lo están haciendo.

Exhortaciones referentes a la vida comunitaria

Despedida




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