PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS CORINTIOS


1 Corintios (BPD) 1



Saludo inicial

Acción de gracias


LAS DIVISIONES EN LA COMUNIDAD


Reprobación de las discordias
10 Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir. 11 Porque los de la familia de Cloe me han contado que hay discordias entre ustedes. 12 Me refiero a que cada uno afirma: «Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo». 13 ¿Acaso Cristo está dividido? ¿O es que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O será que ustedes fueron bautizados en el nombre de Pablo? 14 Felizmente yo no he bautizado a ninguno de ustedes, excepto a Crispo y a Gayo. 15 Así nadie puede decir que ha sido bautizado en mi nombre. 16 Sí, también he bautizado a la familia de Estéfanas, pero no recuerdo haber bautizado a nadie más. 17 Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena Noticia, y esto sin recurrir a la elocuencia humana, para que la cruz de Cristo no pierda su eficacia.

La sabiduría del mundo y la sabiduría cristiana

18 El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan –para nosotros– es fuerza de Dios. 19 Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad? 21 En efecto, ya que el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestan su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación. 22 Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, 23 nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, 24 pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. 25Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres.

El llamado de Dios a los pobres

La predicación de Pablo

El poder del Espíritu

10 Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. 11 ¿Quién puede conocer lo más íntimo del hombre, sino el espíritu del mismo hombre? De la misma manera, nadie conoce los secretos de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que reconozcamos los dones gratuitos que Dios nos ha dado. 13 Nosotros no hablamos de estas cosas con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino con el lenguaje que el Espíritu de Dios nos ha enseñado, expresando en términos espirituales las realidades del Espíritu. 14 El hombre puramente natural no valora lo que viene del Espíritu de Dios: es una locura para él y no lo puede entender, porque para juzgarlo necesita del Espíritu. 15 El hombre espiritual, en cambio, todo lo juzga, y no puede ser juzgado por nadie. 16 Porque ¿quién penetró en el pensamiento del Señor, para poder enseñarle? Pero nosotros tenemos el pensamiento de Cristo.

La inmadurez de los corintios

El ministerio apostólico

La edificación del templo de Dios

La verdadera sabiduría

El juicio reservado a Cristo

Situación de los ministros de Cristo

6 En todo esto, hermanos, les puse mi ejemplo y el de Apolo, a fin de que aprendan de nosotros el refrán: «No vayamos más allá de lo que está escrito», y así nadie tome partido orgullosamente en favor de uno contra otro. 7 En efecto, ¿con qué derecho te distingues de los demás? ¿Y qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? 8 ¡Será que ustedes ya están satisfechos! ¡Será que se han enriquecido o que se han convertido en reyes, sin necesidad de nosotros! ¡Ojalá que así fuera, para que nosotros pudiéramos reinar con ustedes! 9 Pienso que a nosotros, los Apóstoles, Dios nos ha puesto en el último lugar, como condenados a muerte, ya que hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y los hombres. 10 Nosotros somos tenidos por necios, a causa de Cristo, y en cambio, ustedes son sensatos en Cristo. Nosotros somos débiles, y ustedes, fuertes. Ustedes gozan de prestigio, y nosotros somos despreciados. 11 Hasta ahora sufrimos hambre, sed y frío. Somos maltratados y vivimos errantes. 12 Nos agotamos, trabajando con nuestras manos. 13 Nos insultan y deseamos el bien. Padecemos persecución y la soportamos. Nos calumnian y consolamos a los demás. Hemos llegado a ser como la basura del mundo, objeto de desprecio para todos hasta el día de hoy.

Amonestación paternal


ABUSOS Y DESÓRDENES EN LA COMUNIDAD


Un caso de incesto

El pan ácimo de la santidad

La actitud frente a los hermanos deshonestos

El recurso a los tribunales paganos

6 1 ¿Cómo es posible que cuando uno de ustedes tiene algún conflicto con otro, se atreve a reclamar justicia a los injustos, en lugar de someterse al juicio de los santos? 2¿No saben ustedes que los santos juzgarán al mundo? Y si el mundo va a ser juzgado por ustedes, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar asuntos de mínima importancia? 3¿Ignoran que vamos a juzgar a los mismos ángeles? Con mayor razón entonces, los asuntos de esta vida. 4 ¡Y pensar que cuando ustedes tienen litigios, buscan como jueces a los que no son nadie para la Iglesia! 5 Lo digo para avergonzarlos: ¡por lo visto, no hay entre ustedes ni siquiera un hombre sensato, que sea capaz de servir de árbitro entre sus hermanos! 6 ¡Un hermano pleitea con otro, y esto, delante de los que no creen! 7 Ya está mal que haya litigios entre ustedes: ¿acaso no es preferible sufrir la injusticia o ser despojado? 8 Pero no, ustedes mismos son los que cometen injusticias y defraudan a los demás, ¡y esto entre hermanos! 9 ¿Ignoran que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No se hagan ilusiones: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los pervertidos, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los bebedores, ni los difamadores, ni los usurpadores heredarán el Reino de Dios. 11Algunos de ustedes fueron así, pero ahora han sido purificados, santificados y justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

La fornicación

 

RESPUESTA A DIVERSAS CUESTIONES

EL MATRIMONIO Y EL CELIBATO


Los deberes conyugales

7 1 Ahora responderé a lo que ustedes me han preguntado por escrito: Es bueno para el hombre abstenerse de la mujer. 2 Sin embargo, por el peligro de incontinencia, que cada hombre tenga su propia esposa, y cada mujer, su propio marido. 3 Que el marido cumpla los deberes conyugales con su esposa; de la misma manera, la esposa con su marido. 4 La mujer no es dueña de su cuerpo, sino el marido; tampoco el marido es dueño de su cuerpo, sino la mujer. 5 No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo y por algún tiempo, a fin de poder dedicarse con más intensidad a la oración; después vuelvan a vivir como antes, para que Satanás no se aproveche de la incontinencia de ustedes y los tiente. 6 Esto que les digo es una concesión y no una orden. 7 Mi deseo es que todo el mundo sea como yo, pero cada uno recibe del Señor su don particular: unos este, otros aquel.

Los matrimonios entre cristianos y paganos

12 En cuanto a las otras preguntas, les digo yo, no el Señor: Si un hombre creyente tiene una esposa que no cree, pero ella está dispuesta a convivir con él, que no la abandone. 13 Y si una mujer se encuentra en la misma condición, que tampoco se separe de su esposo. 14 Porque el marido que no tiene fe es santificado por su mujer, y la mujer que no tiene fe es santificada por el marido creyente. Si no fuera así, los hijos de ustedes serían impuros; en cambio, están santificados. 15 Pero si el cónyuge que no cree desea separarse, que lo haga, y en ese caso, el cónyuge creyente no permanece ligado al otro, porque Dios nos ha llamado a vivir en paz. 16 Después de todo, ¿qué sabes tú, que eres la esposa, si podrás o no salvar a tu marido, y tú, marido, si podrás salvar a tu mujer?

La condición social del cristiano

17 Fuera de este caso, que cada uno siga viviendo en la condición que el Señor le asignó y en la que se encontraba cuando fue llamado. Esto es lo que prescribo en todas las Iglesias. 18 Si un hombre estaba circuncidado antes que Dios lo llamara, que no oculte la señal de la circuncisión; si el llamado lo encontró incircunciso, que no se circuncide. 19 Lo que vale no es la circuncisión, sino cumplir los mandamientos de Dios.20 Que cada uno permanezca en el estado en que se encontraba cuando Dios lo llamó.21 ¿Eras esclavo al escuchar el llamado de Dios? No te preocupes por ello, y aunque puedas llegar a ser un hombre libre, aprovecha más bien tu condición de esclavo. 22Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó, ahora es un hombre libre en el Señor; de la misma manera, el que era libre cuando el Señor lo llamó, ahora es un esclavo de Cristo. 23 ¡Ustedes han sido redimidos y a qué precio! No se hagan esclavos de los hombres. 24 Hermanos, que cada uno permanezca delante de Dios en el estado en que se encontraba cuando fue llamado.

La excelencia de la virginidad

La brevedad del tiempo presente

La consagración a Dios


LA CARNE SACRIFICADA A LOS ÍDOLOS


El aspecto teórico de la cuestión

8 1 Con respecto a la carne sacrificada a los ídolos, todos tenemos el conocimiento debido, ya lo sabemos, pero el conocimiento llena de orgullo, mientras que el amor edifica. 2 Si alguien se imagina que conoce algo, no ha llegado todavía a conocer como es debido; 3 en cambio, el que ama a Dios es reconocido por Dios. 4 En cuanto a comer la carne sacrificada a los ídolos, sabemos bien que los ídolos no son nada y que no hay más que un solo Dios. 5 Es verdad que algunos son considerados dioses, sea en el cielo o en la tierra: de hecho, hay una cantidad de dioses y una cantidad de señores. 6 Pero para nosotros, no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y a quien nosotros estamos destinados, y un solo Señor, Jesucristo, por quien todo existe y por quien nosotros existimos.

El punto de vista del amor fraternal

7 Sin embargo, no todos tienen este conocimiento. Algunos, habituados hasta hace poco a la idolatría, comen la carne sacrificada a los ídolos como si fuera sagrada, y su conciencia, que es débil, queda manchada. 8 Ciertamente, no es un alimento lo que nos acerca a Dios: ni por dejar de comer somos menos, ni por comer somos más. 9 Pero tengan cuidado que el uso de esta libertad no sea ocasión de caída para el débil. 10 Si alguien te ve a ti, que sabes cómo se debe obrar, sentado a la mesa en un templo pagano, ¿no se sentirá autorizado, a causa de la debilidad de su conciencia, a comer lo que ha sido sacrificado a los ídolos? 11 Y así, tú, que tienes el debido conocimiento, haces perecer al débil, ¡ese hermano por el que murió Cristo! 12 Pecando de esa manera contra sus hermanos e hiriendo su conciencia, que es débil, ustedes pecan contra Cristo. 13 Por lo tanto, si un alimento es ocasión de caída para mi hermano, nunca probaré carne, a fin de evitar su caída.

El ejemplo de Pablo: los derechos del Apóstol

El desprendimiento de Pablo

El celo apostólico de Pablo

El ejemplo de los deportistas

Las lecciones de la historia de Israel

Los sacrificios paganos y la Eucaristía

14 Por esto, queridos míos, eviten la idolatría. 15 Les hablo como a gente sensata; juzguen ustedes mismos lo que voy a decirles. 16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? 17 Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de ese único pan. 18 Pensemos en Israel según la carne: aquellos que comen las víctimas, ¿no están acaso en comunión con el altar? 19 ¿Quiero decir con esto que la carne sacrificada a los ídolos tiene algún valor, o que el ídolo es algo? 20 No, afirmo sencillamente que los paganos ofrecen sus sacrificios a los demonios y no a Dios. Ahora bien, yo no quiero que ustedes entren en comunión con los demonios. 21 Ustedes no pueden beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios; tampoco pueden sentarse a la mesa del Señor y a la mesa de los demonios. 22 ¿O es que queremos provocar los celos del Señor? ¿Pretendemos ser más fuertes que él?

La libertad de conciencia

23 «Todo está permitido», pero no todo es conveniente. «Todo está permitido», pero no todo es edificante. 24 Que nadie busque su propio interés, sino el de los demás. 25Coman de todo lo que se vende en el mercado, sin hacer averiguaciones por escrúpulos de conciencia. 26 Porque del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella. 27 Si un pagano los invita a comer y ustedes aceptan, coman de todo aquello que les sirva, sin preguntar nada por motivos de conciencia. 28 Pero si alguien les dice: «Esto ha sido sacrificado a los ídolos», entonces no lo coman, en consideración del que los previno y por motivos de conciencia. 29 Me refiero a la conciencia de ellos, no a la de ustedes: ¿acaso mi libertad va a ser juzgada por la conciencia de otro? 30 Si yo participo de la comida habiendo dado gracias, ¿seré reprendido por aquello mismo de lo que he dado gracias?

La gloria de Dios y la salvación del prójimo



LAS ASAMBLEAS LITÚRGICAS  Y LOS DONES DEL ESPÍRITU


El velo de las mujeres

Abusos en las celebracioneseucarísticas

17 Y ya que les hago esta advertencia, no puedo felicitarlos por sus reuniones, que en lugar de beneficiarlos, los perjudican. 18 Ante todo, porque he oído decir que cuando celebran sus asambleas, hay divisiones entre ustedes, y en parte lo creo. 19 Sin embargo, es preciso que se formen partidos entre ustedes, para que se pongan de manifiesto los que tienen verdadera virtud. 20 Cuando se reúnen, lo que menos hacen es comer la Cena del Señor, 21 porque apenas se sientan a la mesa, cada uno se apresura a comer su propia comida, y mientras uno pasa hambre, el otro se pone ebrio.22 ¿Acaso no tienen sus casas para comer y beber? ¿O tan poco aprecio tienen a la Iglesia de Dios, que quieren hacer pasar vergüenza a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Los voy a alabar? En esto, no puedo alabarlos.

La Cena del Señor

Condiciones para celebrar la Eucaristía

Los dones espirituales

El Cuerpo de Cristo

18 Pero Dios ha dispuesto a cada uno de los miembros en el cuerpo, según un plan establecido. 19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20De hecho, hay muchos miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito», ni la cabeza, a los pies: «No tengo necesidad de ustedes».22 Más aún, los miembros del cuerpo que consideramos más débiles también son necesarios, 23 y los que consideramos menos decorosos son los que tratamos más decorosamente. Así nuestros miembros menos dignos son tratados con mayor respeto,24 ya que los otros no necesitan ser tratados de esa manera. Pero Dios dispuso el cuerpo, dando mayor honor a los miembros que más lo necesitan, 25 a fin de que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros sean mutuamente solidarios.26 ¿Un miembro sufre? Todos los demás sufren con él. ¿Un miembro es enaltecido? Todos los demás participan de su alegría.

Los ministerios y los carismas

La preeminencia del amor

La profecía y el don de lenguas

Los carismas al servicio de la comunidad

6 Supongamos, hermanos, que yo fuera a verlos y les hablara en esa forma, ¿de qué les serviría si mi palabra no les aportara ni revelación, ni ciencia, ni profecía, ni enseñanza?7 Sucedería lo mismo que con los instrumentos de música, por ejemplo, la flauta o la cítara. Si las notas no suenan distintamente, nadie reconoce lo que se está ejecutando.8 Y si la trompeta emite un sonido confuso, ¿quién se lanzará al combate? 9 Así les pasa a ustedes: si no hablan de manera inteligible, ¿cómo se comprenderá lo que dicen? Estarían hablando en vano. 10 No sé cuántos idiomas diversos hay en el mundo, y cada uno tiene sus propias palabras. 11 Pero si ignoro el sentido de las palabras, seré como un extranjero para el que me habla y él lo será para mí. 12 Así, ya que ustedes ambicionan tanto los dones espirituales, procuren abundar en aquellos que sirven para edificación de la comunidad.
13 Por esta razón, el que habla un lenguaje incomprensible debe orar pidiendo el don de interpretarlo. 14 Porque si oro en un lenguaje incomprensible, mi espíritu ora, pero mi inteligencia no saca ningún provecho. 15 ¿Qué debo hacer entonces? Orar con el espíritu y también con la inteligencia, cantar himnos con el espíritu y también con la inteligencia. 16 Si bendices a Dios solamente con el espíritu, ¿cómo podrá el no iniciado decir «Amén» a tu acción de gracias, ya que no entiende lo que estás diciendo? 17 Sin duda, tu acción de gracias es excelente, pero eso no sirve de edificación para el otro. 18Yo doy gracias a Dios porque tengo el don de lenguas más que todos ustedes. 19 Sin embargo, cuando estoy en la asamblea prefiero decir cinco palabras inteligibles, para instruir a los demás, que diez mil en un lenguaje incomprensible.
20 Hermanos, no sean como niños para juzgar; séanlo para la malicia, pero juzguen como personas maduras. 21 En la Ley está escrito: Yo hablaré a este pueblo en lenguas extrañas y por boca de extranjeros; con todo, ni aun así me escucharán, dice el Señor. 22Esto quiere decir que el don de lenguas es un signo, no para los que creen, sino para los que se niegan a creer; la profecía, en cambio, es para los que tienen fe. 23 Por otra parte, si al reunirse la asamblea, todos se ponen a hablar en un lenguaje incomprensible y entran algunos que no están iniciados o no son creyentes, seguramente pensarán que ustedes están locos. 24 En cambio, si todos profetizan y entra alguno de esos hombres, todos podrán convencerlo y examinarlo. 25 Así quedarán manifiestos los secretos de su corazón, y él, cayendo de rodillas, adorará a Dios y proclamará que Dios está realmente entre ustedes.

El orden en las asambleas

26 Hermanos, ¿qué conclusión sacaremos de todo esto? Cuando se reúnen, uno puede cantar salmos, otro enseñar, o transmitir una revelación, o pronunciar un discurso en un lenguaje incomprensible, o bien, interpretarlo. Que todo sirva para la edificación común.27 ¿Se tiene el don de lenguas? Que hablen dos, o a lo sumo tres, y por turno, y que alguien interprete. 28 Si no hay intérprete, que se callen y que cada uno hable consigo mismo y con Dios. 29 Con respecto a los profetas, que hablen dos o tres y que los demás juzguen lo que ellos dicen. 30 Si algún otro asistente recibe una revelación, que se calle el que está hablando. 31 Así todos tendrán oportunidad de profetizar, uno por uno, para que todos sean instruidos y animados. 32 Los que tienen el don de profecía deben ser capaces de controlar su inspiración, 33 porque Dios quiere la paz y no el desorden.

Los carismas y la autoridad


LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS


El Evangelio de Pablo

La resurrección de Cristo

12 Si se anuncia que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo algunos de ustedes afirman que los muertos no resucitan? 13 ¡Si no hay resurrección, Cristo no resucitó! 14Y si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes. 15Incluso, seríamos falsos testigos de Dios, porque atestiguamos que él resucitó a Jesucristo, lo que es imposible, si los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. 17 Y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil y sus pecados no han sido perdonados. 18 En consecuencia, los que murieron con la fe en Cristo han perecido para siempre. 19 Si nosotros hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solamente para esta vida, seríamos los hombres más dignos de lástima. 20 Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. 21 Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección. 22 En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, 23 cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a él en el momento de su Venida. 24 En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. 25 Porque es necesario que Cristo reinehasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies26 El último enemigo que será vencido es la muerte, 27 ya que Dios todo lo sometió bajo sus pies. Pero cuando él diga: «Todo está sometido», será evidentemente a excepción de aquel que le ha sometido todas las cosas. 28 Y cuando el universo entero le sea sometido, el mismo Hijo se someterá también a aquel que le sometió todas las cosas, a fin de que Dios sea todo en todos.

La resurrección,fundamento de la esperanza

La condición de los cuerpos resucitados

La victoria sobre la muerte

CONCLUSIÓN


La colecta para la comunidad de Jerusalén

La próxima visita de Pablo

Recomendaciones y noticias finales

10 Si llega antes Timoteo, procuren que permanezca entre ustedes sin ninguna clase de temor, porque él trabaja en la obra del Señor de la misma manera que yo. 11 Que nadie lo menosprecie. Ofrézcanle los medios necesarios para que se reúna conmigo, porque yo lo estoy esperando con los hermanos. 12 En cuanto a nuestro hermano Apolo, le insistí mucho para que fuera a visitarlos junto con los hermanos, pero él se negó rotundamente a hacerlo por ahora: irá cuando se le presente la ocasión. 13 Estén atentos, permanezcan firmes en la fe, compórtense varonilmente, sean fuertes. 14 Todo lo que hagan, háganlo con amor. 15 Una recomendación más, hermanos. Ustedes saben que Estéfanas y su familia –los primeros que abrazaron la fe en Acaya– han decidido consagrarse al servicio de los hermanos. 16 Por eso, les ruego que ustedes, a su vez, sean solícitos con ellos, y no sólo con ellos, sino con todos los que colaboran en sus trabajos y esfuerzos. 17 Yo me alegré con la visita de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico. Ellos llenaron el vacío que ustedes habían dejado, 18 y han tranquilizado mi espíritu y el de ustedes. Sepan apreciarlos como corresponde.

Saludos y despedida




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