CARTA DE PABLO A LOS EFESIOS

La carta a los Efesios retoma y amplia el contenido de la carta a los Colosenses, utilizando temas presentes en las cartas de las cuales estamos ciertos que fueron escritas por Pablo. Presenta una nueva síntesis del pensamiento paulino, se centra sobre Cristo y sobre Iglesia y trata del compromiso de los cristianos dentro de la comunidad eclesial, de la familia y de la sociedad.


Efesios (BPD) 1


CARTA A LOS EFESIOS

Saludo inicial


EL MISTERIO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA


El plan de salvación

La supremacía de Cristo

15 Por eso, habiéndome enterado de la fe que ustedes tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los hermanos, 16 doy gracias sin cesar por ustedes, recordándolos siempre en mis oraciones. 17 Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. 18 Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, 19 y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza. Este es el mismo poder 20 que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, 21 elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro. 22 Él puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, 23 que es su Cuerpo y la Plenitud de aquel que llena completamente todas las cosas.

La gratuidad de la salvación en Cristo

2 1 Ustedes estaban muertos a causa de las faltas y pecados 2 que cometían, cuando vivían conforme al criterio de este mundo, según el Príncipe que domina en el espacio, el mismo Espíritu que sigue actuando en aquellos que se rebelan. 3 Todos nosotros también nos comportábamos así en otro tiempo, viviendo conforme a nuestros deseos carnales y satisfaciendo las apetencias de la carne y nuestras malas inclinaciones, de manera que por nuestra condición estábamos condenados a la ira, igual que los demás.4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, 5precisamente cuando estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos hizo revivir con Cristo –¡ustedes han sido salvados gratuitamente!– 6 y con Cristo Jesús nos resucitó y nos hizo reinar con él en el cielo.

La reconciliación entre los judíosy los paganos

El misterio de Cristo

3 1 Por eso yo, Pablo, estoy preso por Cristo Jesús, a causa de ustedes, los de origen pagano. 2 Porque seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido dispensada en beneficio de ustedes. 3 Fue por medio de una revelación como se me dio a conocer este misterio, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras. 4 Al leerlas, se darán cuenta de la comprensión que tengo del misterio de Cristo, 5 que no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas. 6 Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio. 7 De este Evangelio, yo fui constituido ministro por el don de la gracia que recibí de Dios, en virtud de la eficacia de su poder.

El ministerio de Pablo

Súplica del Apóstol

Doxología


EL COMPORTAMIENTO CRISTIANO: UNIDAD Y AMOR MUTUO


Llamado a la unidad

La diversidad de los carismas

La unidad en la verdad y el amor

La Vida nueva en Cristo

17 Les digo y les recomiendo en nombre del Señor: no procedan como los paganos, que se dejan llevar por la frivolidad de sus pensamientos 18 y tienen la mente oscurecida. Ellos están apartados de la Vida de Dios por su ignorancia y su obstinación, 19 y habiendo perdido el sentido moral, se han entregado al vicio, cometiendo desenfrenadamente toda clase de impurezas. 20 Pero no es eso lo que ustedes aprendieron de Cristo, 21 si es que de veras oyeron predicar de él y fueron enseñados según la verdad que reside en Jesús. 22 De él aprendieron que es preciso renunciar a la vida que llevaban, despojándose del hombre viejo, que se va corrompiendo dejándose arrastras por los deseos engañosos, 23 para renovarse en lo más íntimo de su espíritu24 y revestirse del hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdadera santidad.

Deberes de amor hacia el prójimo

25 Por eso, renuncien a la mentira y digan siempre la verdad a su prójimo, ya que todos somos miembros, los unos de los otros. 26 Si se enojan, no se dejen arrastrar al pecado ni permitan que la noche los sorprenda enojados, 27 dando así ocasión al demonio. 28 El que robaba, que deje de robar y se ponga a trabajar honestamente con sus manos, para poder ayudar al que está necesitado. 29 No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan. 30 No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, que los ha marcado con un sello para el día de la redención. 31 Eviten la amargura, los arrebatos, la ira, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. 32 Por el contrario, sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo.

La conducta de los hijos de Dios

5 1 Traten de imitar a Dios, como hijos suyos muy queridos. 2 Vivan en el amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio agradable a Dios. 3 En cuanto al pecado carnal y cualquier clase de impureza o avaricia, ni siquiera se los mencione entre ustedes, como conviene a los santos. 4 Lo mismo digo acerca de las obscenidades, de las malas conversaciones y de las bromas groseras: todo esto está fuera de lugar. Lo que deben hacer es dar gracias a Dios. 5 Y sépanlo bien: ni el hombre lujurioso, ni el impuro, ni el avaro –que es un idólatra– tendrán parte en la herencia del Reino de Cristo y de Dios. 6 No se dejen engañar por falsas razones: todo eso atrae la ira de Dios sobre los que se resisten a obedecerle. 7 ¡No se hagan cómplices de los que obran así!

Las obras de la luz y de las tinieblas

Los deberes de los esposos

25 Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, 26para santificarla. Él la purificó con el bautismo del agua y la palabra, 27 porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada. 28 Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. 29 Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por la Iglesia, 30 por nosotros, que somos los miembros de su Cuerpo. 31 Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia. 33 En cuanto a ustedes, cada uno debe amar a su mujer como a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.

Los deberes de los padres y de los hijos

Los deberes de los esclavosy de los patrones

La armadura del cristiano

Exhortación a la oración

Noticias personales

Despedida



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