CARTA DE PABLO A LOS FILIPENSES

La carta a los Filipenses fue enviada con mucha probabilidad a Efeso, en los años 55-56 d.C., en ocasión de un encarcelamiento de Pablo en aquella ciudad. Los cristianos de Filipo habían enviado al apóstol ayuda material y este les agradece y aprovecha para informarles de su situación y de su estado de ánimo: ""Para mi vivir es Cristo y morir es una ganancia "" (Fil 1,21). Exhorta también al la unidad en la humildad, con el himno a la humillación-glorificación de Cristo (cf. Fil 2,5-11), y lo pone en guardia contra agitadores judeo-cristianos (cf. Fil 3,1-4,2). "


Filipenses (BPD) 1


Saludo inicial

Acción de gracias y súplica

3 Yo doy gracias a Dios cada vez que los recuerdo. 4 Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, 5 pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora. 6 Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús. 7 Y es justo que tenga estos sentimientos hacia todos ustedes, porque los llevo en mi corazón, ya que ustedes, sea cuando estoy prisionero, sea cuando trabajo en la defensa y en la confirmación del Evangelio, participan de la gracia que he recibido.8 Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús. 9Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, 10 a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo, 11 llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.

Situación personal de Pablo

12 Quiero que ustedes sepan, hermanos, que lo que me ha sucedido más bien ha contribuido al progreso del Evangelio. 13 En efecto, en el pretorio y en todas partes, se ha hecho evidente que es por Cristo que llevo las cadenas, 14 y la mayor parte de los hermanos, a quienes mis cadenas han devuelto el coraje en el Señor, se han animado a proclamar sin temor la Palabra de Dios. 15 Es verdad que algunos predican a Cristo llevados por la envidia y el espíritu de discordia, pero otros lo hacen con buena intención. 16 Estos obran por amor, sabiendo que yo tengo la misión de defender el Evangelio. 17 Aquellos, en cambio, anuncian a Cristo por espíritu de discordia, por motivos que no son puros, creyendo que así aumentan el peso de mis cadenas. 18 Pero ¡qué importa! Después de todo, de una u otra manera, con sinceridad o sin ella, Cristo es anunciado, y de esto me alegro y me alegraré siempre. 19  Porque sé que esto servirá para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo. 20 Así lo espero ansiosamente, y no seré defraudado. Al contrario, estoy completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera, Cristo será glorificado en mi cuerpo.

La generosidad apostólica de Pablo

Exhortación a luchar por la fe

La unidad en el amor

La humillación y la glorificación de Cristo

12 Por eso, queridos míos, ustedes que siempre me han obedecido, trabajen por su salvación con temor y temblor, no solamente cuando estoy entre ustedes, sino mucho más ahora que estoy ausente. 13 Porque Dios es el que produce en ustedes el querer y el hacer, conforme a su designio de amor. 14 Procedan en todo sin murmuraciones ni discusiones: 15 así serán irreprochables y puros, hijos de Dios sin mancha, en medio de una generación extraviada y pervertida, dentro de la cual ustedes brillan como haces de luz en el mundo, 16 mostrándole la Palabra de Vida. De esa manera, el Día de Cristo yo podré gloriarme de no haber trabajado ni sufrido en vano. 17 Y aunque mi sangre debiera derramarse como libación sobre el sacrificio y la ofrenda sagrada, que es la fe de ustedes, yo me siento dichoso y comparto su alegría. 18 También ustedes siéntanse dichosos y alégrense conmigo.

Misión de Timoteo y de Epafrodito

25 He creído que era necesario enviarles de nuevo a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes enviaron para que me asistiera en mis necesidades. 26 Él tenía un gran deseo de volver a verlos a todos, y estaba muy preocupado porque ustedes se habían enterado de su enfermedad. 27 En efecto, estuvo enfermo y a punto de morir, pero Dios se compadeció de él, y no sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviera otro dolor, además de los que ya tengo. 28 Ahora me apresuro a enviárselo, a fin de que su presencia los llene de gozo, y yo, por mi parte, quede menos triste. 29 Recíbanlo en el Señor, con mucha alegría, y tengan en gran estima a personas como él. 30 Porque él estuvo al borde de la muerte por la obra de Cristo, exponiendo su vida para suplirlos a ustedes en el servicio que no podían prestarme directamente.

Advertencia contra los judaizantes

3 1 Mientras tanto, hermanos míos, alégrense en el Señor. A mí no me cuesta nada escribir las mismas cosas, y para ustedes es una seguridad. 2 ¡Cuídense de los perros, de los malos obreros y de los falsos circuncisos! 3 Porque los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que ofrecemos un culto inspirado en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, en lugar de poner nuestra confianza en la carne, aunque yo también tengo motivos para poner mi confianza en ella. 4 Si alguien cree que puede confiar en la carne, yo puedo hacerlo con mayor razón: 5 circuncidado al octavo día; de la raza de Israel y de la tribu de Benjamín; hebreo, hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, un fariseo; 6 por el ardor de mi celo, perseguidor de la Iglesia; y en lo que se refiere a la justicia que procede de la Ley, de una conducta irreprochable.

La justificación por la fe en Jesucristo

La carrera del cristiano

La ciudadanía celestial

Exhortación al amor

La alegría espiritual

La santidad cristiana

Agradecimiento de Pablo por la ayuda recibida

10 Yo tuve una gran alegría en el Señor cuando vi florecer los buenos sentimientos de ustedes con respecto a mí; ciertamente los tenían, pero les faltaba la ocasión de demostrarlos. 11 No es la necesidad la que me hace hablar, porque he aprendido a hacer frente a cualquier situación. 12 Yo sé vivir tanto en las privaciones como en la abundancia; estoy hecho absolutamente a todo, a la saciedad como al hambre, a tener de sobra como a no tener nada. 13 Yo lo puedo todo en aquel que me conforta. 14 Sin embargo, ustedes hicieron bien en interesarse por mis necesidades. 15 Y ya saben, filipenses, que al comienzo de la evangelización, cuando dejé Macedonia, ninguna otra Iglesia me ayudó pecuniariamente. Ustedes fueron los únicos 16  que cuando estaba en Tesalónica, en dos ocasiones me enviaron medios para asistirme en mis necesidades. 17No es que yo busque regalos; solamente quiero darles la ocasión de que ustedes se enriquezcan cada vez más delante de Dios.

Saludos y despedida


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