La pareja de hecho – un hombre y una mujer que conviven sin
contrato de matrimonio religioso
(Prof. Jose Vidamor B. Yu, Manila)
Los signos de los tiempos
Las uniones de hecho han sido un fenómeno característico de
todo el mundo que amenazan la sacralidad de la íntima unión entre personas
manifestada a través del matrimonio y la familia. El Consejo Pontificio para la
Familia ha celebrado una serie de reuniones entre 1999 y 2000 para estudiar las
uniones de hecho tan extendidas en los tiempos que corren. "La Iglesia ha tenido
siempre el deber de escrutar los signos de los tiempo a la luz del Evangelio."
(GS 4)
El Consejo Pontificio para la Familia ha publicado un documento
que es fruto de un estudio en relación con las uniones de hecho. La iglesia ha
tratado este problema porque afecta el centro mismo de todas las relaciones
humanas y a todas las áreas más sensibles del corazón humano contenidas en los
misterios de la familia. Las uniones de hecho como relaciones humanas
heterogéneas parecen "ignorar, posponer e incluso rechazar el compromiso
conyugal." La familia es el futuro de la sociedad y el bien que se obtiene en el
matrimonio es básico para la Iglesia.
Separación del acto sexual y el matrimonio
Las uniones de hecho que existen en la sociedad parecen haber
puesto en peligro el sentido verdadero y real del matrimonio. La sociedad actual
intenta justificar estas uniones convirtiéndolas en una institución legal y
elevándolas a una categoría semejante al matrimonio. El hombre ya no trata al
sexo fuera del matrimonio como pecado, injusticia o comportamiento reprensible,
sino que cree que el sexo es un artículo disponible a cualquiera sin tener en
cuenta el estado de vida. El Vaticano II nos recuerda que, "el amor matrimonial
se expresa de manera única y se perfecciona con el ejercicio de actos propios
del matrimonio." (GS 49)
El documento (Familia, Vida y Uniones de hecho) del
Consejo Pontificio para la Familia reconoce los elementos constitutivos
encontrados en las uniones de hecho, positivos para la sociedad humana. Las
uniones "civiles" son comunes en la actualidad, y van desde un menor "compromiso
explícito" a un "fidelidad mutua". Algunas uniones de hecho se deben a razones
económicas o al hecho de evitar las dificultades jurídicas, mientras que otras
se llevan a cabo como alternativa al matrimonio a partir de un fracaso
matrimonial anterior. Como resultado de problemas económicos como la pobreza y
la marginación que obligan a un hombre y una mujer a vivir juntos fuera del
matrimonio sacramental o religioso.
Pese a las distintas razones que explican la equivalencia y el
reconocimiento de las uniones de hecho en muchas sociedades, hay que decir que
van en contra del matrimonio cristiano. La estabilidad de la unión de los
esposos debe realizarse a través de la comunión conyugal en el matrimonio. El
documento nos dice que "el matrimonio es, pues, un proyecto conjunto estable que
proviene de la donación personal libre y total del fructífero amor conyugal como
algo propio y justo."
La Iglesia sostiene que el amor conyugal expresado por ambos
cónyuges es la esencia del matrimonio. Ubicado en el centro de los principios de
la antropología, sociología y otras ciencias humanas en torno al matrimonio, el
amor conyugal entre un hombre y una mujer se comparte con igual dignidad. La
Iglesia defiende el sacramento del matrimonio porque es el bien necesario e
indispensable de la sociedad, y de la Iglesia.
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