Prof. Igor Kovalevski - Moscú
La amenaza del aborto y la eutanasia a la familia
Se puede hablar tanto de la familia (y de hecho lo estamos
haciendo). El problema radica en el hecho de hablar sin moralismos, sin imponer
un peso, una carga a las personas que están dejando de ser cristianas en esta
generación. Pienso que la experiencia de Rusia sobre este aspecto es
interesante. De hecho, la secularización entre nosotros comenzó después de la
revolución de octubre de mil novecientos diecisiete. Esta situación es muy
anterior al sesenta y ocho o a la segunda guerra mundial.
En pocas palabras, la familia rusa ya estaba destrozada en los
años veinte, cuando desaparece la figura del padre de la familia. Un hombre – ya
fuera marido o padre – que fue destinado a desempeñar un papel diferente en la
sociedad constituyendo una nueva sociedad en la cárcel o fuera, aunque formando
parte siempre de un colectivo más importante. La familia se convierte en una
unidad compuesta por una madre y por los hijos, en general uno solo. La nueva
sociedad asume la responsabilidad de la educación, de la transmisión de los
valores (obviamente de la clase proletaria) y así sucesivamente.
El aborto y la eutanasia son dos fenómenos de la política
demográfica.
En la Unión Soviética el aborto no estaba permitido al
principio cuando la sociedad necesitaba trabajadores y soldados. Posteriormente
se levantó la prohibición. Y así hemos llegado hasta hoy. La eutanasia parece
ser una problema de las sociedades occidentales en general, puesto que la media
de edad en los países del este europeo permite a las personas abandonar la vida
por causas "más naturales".
El problema profundo, sin embargo, sigue siendo el mismo en
todos los sitios: el hombre que se pone en el lugar de Dios está profundamente
herido, no conoce su realidad, necesita que le sea anunciada la Buena Noticia,
necesita una evangelización profunda a todos los niveles de su vida. Rusia u
Occidente, aborto o divorcio, problemas sociológicos y soluciones técnicas –
poco importa. Lo que importa es si Dios está o no.
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