SUBIDA DEL MONTE CARMELO

SUBIDA DEL MONTE CARMELO


SUBIDA DEL MONTE CARMELO


Trata de cómo podrá un alma disponerse para llegar en breve a la divina unión. Da avisos y doctrina, así a los principiantes como a los aprovechados, muy provechosa para que sepan desembarazarse de todo lo temporal y no embarazarse con lo espiritual, y quedar en la suma desnudez y libertad de espíritu, cual se requiere para la divina unión. Compuesta por el Padre Fr. Juan de la Cruz, Carmelita Descalzo.

ARGUMENTO

Toda la doctrina que entiendo tratar en esta Subida del Monte Carmelo está incluida en las siguientes canciones, y en ellas se contiene el modo de subir hasta la cumbre del monte, que es el alto estado de la perfección, que aquí llamamos unión del alma con Dios. Y porque tengo de ir fundando sobre ellas lo que dijere, las he querido poner aquí juntas, para que se entienda y vea junta toda la sustancia de lo que se ha de escribir; aunque, al tiempo de la declaración, convendrá poner cada canción de por sí y, ni más ni menos, los versos de cada una, según lo pidiere la materia y declaración. Dice, pues, así:



CANCIONES

En que canta el alma la dichosa ventura que tuvo en pasar por la oscura noche de la fe, en desnudez y purgación suya, a la unión del Amado


1. En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.


2. A oscuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada
¡oh dichosa ventura!,
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

3. En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

4. Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

5.¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

6. En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

7. El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.

8. Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.


PROLOGO

1 Para haber de declarar y dar a entender esta noche oscura por la cual pasa el alma para llegar a la divina luz de la unión perfecta del amor de Dios, cual se puede en esta vida, era menester otra mayor luz de ciencia y experiencia que la mía; porque son tantas y tan profundas las tinieblas y trabajos, así espirituales como temporales, por que ordinariamente suelen pasar las dichosas almas para poder llegar a este alto estado de perfección, que ni basta ciencia humana para lo saber entender, ni experiencia para lo saber decir; porque sólo el que por ello pasa sabrá sentir, mas no decir.

2 Y, por tanto, para decir algo de esta noche oscura, no fiaré ni de experiencia ni de ciencia, porque lo uno y lo otro puede faltar y engañar; mas, no dejándome de ayudar en lo que pudiere de estas dos cosas, aprovecharme he para todo lo que, con el favor divino, hubiere de decir -a lo menos para lo más importante y oscuro de entender- de la divina Escritura, por la cual guiándonos no podremos errar, pues que el que en ella habla es el Espíritu Santo. Y si yo en algo errare, por no entender bien así lo que en ella como en lo que sin ella dijere, no es mi intención apartarme del sano sentido y doctrina de la santa Madre Iglesia Católica, porque en tal caso totalmente me sujeto y resigno no sólo a su mandato, sino a cualquiera que en mejor razón de ello juzgare.

3 Para lo cual me ha movido, no la posibilidad que veo en mí para cosa tan ardua, sino la confianza que en el Señor tengo de que ayudará a decir algo, por la mucha necesidad que tienen muchas almas; las cuales, comenzando el camino de la virtud, y queriéndolas Nuestro Señor poner en esta noche oscura para que por ella pasen a la divina unión, ellas no pasan adelante; a veces, por no querer entrar o dejarse entrar en ella; a veces, por no se entender y faltarles guías idóneas y despiertas que las guíen hasta la cumbre. Y así, es lástima ver muchas almas a quien Dios da talento y favor para pasar adelante, que, si ellas quisiesen animarse, llegarían a este alto estado, y quédanse en un bajo modo de trato con Dios, por no querer, o no saber, o no las encaminar y enseñar a desasirse de aquellos principios. Y ya que, en fin, Nuestro Señor las favorezca tanto, que sin eso y sin esotro las haga pasar, llegan muy tarde y con más trabajo y con menos merecimiento, por no haber acomodádose ellas a Dios, dejándose poner libremente en el puro y cierto camino de la unión. Porque, aunque es verdad que Dios las lleva -que puede llevarlas sin ellas-, no se dejan ellas llevar; y así, camínase menos, resistiendo ellas al que las lleva, y no merecen tanto, pues no aplican la voluntad, y en eso mismo padecen más. Porque hay almas que, en vez de dejarse a Dios y ayudarse, antes estorban a Dios por su indiscreto obrar o repugnan, hechas semejantes a los niños que, queriendo sus madres llevarlos en brazos, ellos van pateando y llorando, porfiando por se ir ellos por su pie, para que no se pueda andar nada, y, si se anduviere, sea al paso del niño.

4 Y así, para este saberse dejar llevar de Dios cuando Su Majestad los quiere pasar adelante, así a los principiantes como a los aprovechados, con su ayuda daremos doctrina y avisos, para que sepan entender o, a lo menos, dejarse llevar de Dios. Porque algunos padres espirituales, por no tener luz y experiencia de estos caminos, antes suelen impedir y dañar a semejantes almas que ayudarlas al camino, hechos semejantes a los edificantes de Babilonia que, habiendo de administrar un material conveniente, daban y aplicaban ellos otro muy diferente, por no entender ellos la lengua (Gn. 11, 1-9), y así no se hacía nada. Por lo cual es recia y trabajosa cosa en tales sazones no entenderse una alma ni hallar quien la entienda. Porque acaecerá que lleve Dios a una alma por un altísimo camino de oscura contemplación y sequedad, en que a ella le parece que va perdida, y que, estando así, llena de oscuridad y trabajos, aprietos y tentaciones, encuentre quien le diga, como los consoladores de Job (2, 11-13) o que es melancolía, o desconsuelo, o condición, o que podrá ser alguna malicia oculta suya, y que por eso la ha dejado Dios; y así, luego suelen juzgar que aquella alma debe de haber sido muy mala, pues tales cosas pasan por ella.

5 Y también habrá quien le diga que vuelve atrás, pues no halla gusto ni consuelo como antes en las cosas de Dios; y así doblan el trabajo a la pobre alma. Porque acaecerá que la mayor pena que ella siente sea del conocimiento de sus miserias propias, en que le parece que ve más claro que la luz del día que está llena de males y pecados, porque le da Dios aquella luz del conocimiento en aquella noche de contemplación, como adelante diremos; y, como halla quien conforme con su parecer, diciendo que serán por su culpa, crece la pena y el aprieto del alma sin término, y suele llegar a más que morir. Y no contentándose con esto, pensando los tales confesores que procede de pecados, hacen a las dichas almas revolver sus vidas y hacer muchas confesiones generales, y crucificarlas de nuevo; no entendiendo que aquél, por ventura, no es tiempo de eso ni de esotro, sino de dejarlas así en la purgación que Dios las tiene, consolándolas y animándolas a que quieran aquella hasta que Dios quiera; porque hasta entonces, por más que ellas hagan y ellos digan, no hay más remedio.

6 De esto habemos de tratar adelante con el favor y de cómo se ha de haber el alma entonces y el confesor con ella, y qué indicios habrá para conocer si aquella es la purgación del alma, y, si lo es, si es del sentido o del espíritu, lo cual es la noche oscura que decimos, y cómo se podrá conocer si es melancolía u otra imperfección acerca del sentido o del espíritu. Porque podrá haber algunas almas que pensarán, ellas o sus confesores, que las lleva Dios por este camino de la noche oscura de purgación espiritual, y no será, por ventura, sino alguna imperfección de las dichas; y porque hay también muchas almas que piensan no tienen oración, y tienen muy mucha; y otras, que tienen mucha, y el poco más que nada.

7 Hay otras que es lástima que trabajan y se fatigan mucho, y vuelven atrás, y ponen el fruto del aprovechar en lo que no aprovecha, sino antes estorba, y otras que con descanso y quietud van aprovechando mucho. Hay otras que, con los mismos regalos y mercedes que Dios les hace para caminar adelante, se embarazan y estorban y no van adelante. Y otras muchas cosas que en este camino acaecen a los seguidores de él, de gozos, penas y esperanzas y dolores: unos que proceden de espíritu de perfección, otros de imperfección. De todo, con el favor divino, procuraremos decir algo, para que cada alma que esto leyere, en alguna manera eche de ver el camino que lleva y el que le conviene llevar, si pretende llegar a la cumbre de este monte.

8 Y por cuanto esta doctrina es de la noche oscura por donde el alma ha de ir a Dios, no se maraville el lector si le pareciere algo oscura. Lo cual entiendo yo que será al principio que la comenzare a leer; mas, como pase adelante, irá entendiendo mejor lo primero, porque con lo uno se va declarando lo otro. Y después, si lo leyere la segunda vez, entiendo le parecerá más claro, y la doctrina más sana. Y si algunas personas con esta doctrina no se hallaren bien, hacerlo ha mi poco saber y bajo estilo, porque la materia, de suyo, buena es y harto necesaria. Pero paréceme que, aunque se escribiera más acabada y perfectamente de lo que aquí va, no se aprovecharan de ello sino los menos, porque aquí no se escribirán cosas muy morales y sabrosas para todos los espíritus que gustan de ir por cosas dulces y sabrosas a Dios, sino doctrina sustancial y sólida, así para los unos como para los otros, si quisieren pasar a la desnudez de espíritu que aquí se escribe.

9 Ni aun mi principal intento es hablar con todos, sino con algunas personas de nuestra sagrada Religión de los primitivos del Monte Carmelo, así frailes como monjas, por habérmelo ellos pedido, a quien Dios hace merced de meter en la senda de este monte; los cuales, como ya están bien desnudos de las cosas temporales de este siglo, entenderán mejor la doctrina de la desnudez del espíritu.

LIBRO PRIMERO

CAPITULO 1

Pone la primera canción. -Dice dos diferencias de noches por que pasan los espirituales, según las dos partes del hombre, inferior y superior, y declara la canción siguiente:


(CANCION PRIMERA)


En una noche oscura,

con ansias, en amores inflamada,

¡oh dichosa ventura!

salí sin ser notada

estando ya mi casa sosegada.


1 En esta primera canción canta el alma la dichosa suerte y ventura que tuvo en salir de todas las cosas afuera, y de los apetitos e imperfecciones que hay en la parte sensitiva del hombre, por el desorden que tiene de la razón. Para cuya inteligencia es de saber que, para que una alma llegue al estado de perfección, ordinariamente ha de pasar primero por dos maneras principales de noches, que los espirituales llaman purgaciones o purificaciones del alma, y aquí las llamamos noches, porque el alma, así en la una como en la otra, camina como de noche, a oscuras.

2 La primera noche o purgación es de la parte sensitiva del alma, de la cual se trata en la presente canción, y se tratará en la primera parte, de este libro. Y la segunda es de la parte espiritual, de la cual habla la segunda canción que se sigue; y de ésta también trataremos en la segunda y tercera parte, cuanto a lo activo; porque, cuanto a lo pasivo, será en la cuarta.

3 Y esta primera noche pertenece a los principiantes al tiempo que Dios los comienza a poner en el estado de contemplación, de la cual también participa el espíritu, según diremos a su tiempo. Y la segunda noche o purificación pertenece a los ya aprovechados, al tiempo que Dios los quiere ya poner en el estado de la unión con Dios; y ésta es más oscura y tenebrosa y terrible purgación, según se dirá después.

DECLARACION DE LA CANCION

4 Quiere, pues, en suma, decir el alma en esta canción que salió -sacándola Dios- sólo por amor de él, inflamada en su amor, en una noche oscura, que es la privación y la purgación de todos sus apetitos sensuales acerca de todas las cosas exteriores del mundo y de las que eran deleitables a su carne, y también de los gustos de su voluntad. Lo cual todo se hace en esta purgación del sentido. Y, por eso, dice que salía, estando ya su casa sosegada, que es la parte sensitiva, sosegados ya y dormidos los apetitos en ella, y ella en ellos. Porque no se sale de las penas y angustias de los retretes de los apetitos hasta que estén amortiguados y dormidos. Y esto dice que le fue dichosa ventura, salir sin ser notada, esto es, sin que ningún apetito de su carne ni de otra cosa se lo pudiese estorbar. Y también porque salió de noche, que (es) privándola Dios de todos ellos, lo cual era noche para ella.

5 Y esto fue dichosa ventura, meterla Dios en esta noche, de donde se le siguió tanto bien, en la cual ella no atinara a entrar, porque no atina bien uno por sí solo a vaciarse de todos los apetitos para venir a Dios.

6 Esta es, en suma, la declaración de la canción. Y ahora nos habremos de ir por cada verso escribiendo sobre cada uno, y declarando lo que pertenece a nuestro propósito. Y el mismo estilo se lleva en las demás canciones, como en el prólogo dije, que, primero, se pondrá cada canción y se declarará, y después, cada verso.

CAPITULO 2

Declara qué noche oscura sea esta por que el alma dice haber pasado a la unión.

En una noche oscura.


1 Por tres cosas podemos decir que se llama noche este tránsito que hace el alma a la unión de Dios. La primera, por parte del término (de) donde el alma sale, porque ha de ir careciendo el apetito de todas las cosas del mundo que poseía, en negación de ellas; la cual negación y carencia es como noche para todos los sentidos del hombre. La segunda, por parte del medio o camino por donde ha de ir el alma a esta unión, lo cual es la fe, que es también oscura para el entendimiento, como noche. La tercera, por parte del término adonde va, que es Dios, el cual, ni más ni menos, es noche oscura para el alma en esta vida. Las cuales tres noches han de pasar por el alma, o, por mejor decir, el alma por ellas, para venir a la divina unión con Dios.

2 En el libro del santo Tobías (6, 18-22) se figuraron estas tres maneras de noches por las tres noches que el ángel mandó a Tobías el mozo que pasasen antes que se juntase en uno con la esposa.

En la primera le mandó que quemase el corazón del pez en el fuego, que significa el corazón aficionado y apegado a las cosas del mundo; el cual, para comenzar a ir a Dios, se ha de quemar y purificar todo lo que es criatura con el fuego del amor de Dios. Y en esta purgación se ahuyenta el demonio, que tiene poder en el alma por asimiento a las cosas corporales y temporales.

3 En la segunda noche le dijo que sería admitido en la compañía de los santos patriarcas, que son los padres de la fe. Porque pasando por la primera noche, que es privarse de todos los objetos de los sentidos, luego entra el alma en la segunda noche, quedándose sola en fe (no como excluye la caridad, sino las otras noticias del entendimiento -como adelante diremos-) que es cosa que no cae en sentido.

4 En la tercera noche le dijo el ángel que conseguiría la bendición, que es Dios, el cual, mediante la segunda noche, que es fe, se va comunicando al alma tan secreta e íntimamente, que es otra noche para el alma, en tanto que se va haciendo la dicha comunicación muy más oscura que estotras, como luego diremos. Y pasada esta tercera noche, que es acabarse de hacer la comunicación de Dios en el espíritu, que se hace ordinariamente en gran tiniebla del alma, luego se sigue la unión con la esposa que es la sabiduría de Dios. Como también el ángel dijo a Tobías que, pasada la tercera noche, se juntaría con su esposa con temor del Señor; el cual temor de Dios cuando está perfecto, está perfecto el amor, que (es) cuando se hace la transformación por amor del alma (con Dios).

5 Estas tres partes de noche todas son una noche; pero tiene tres partes como la noche. Porque la primera, que es la del sentido, se compara a prima noche, que es cuando se acaba de carecer del objeto de las cosas. Y la segunda, que es la fe, se compara a la media noche, que totalmente es oscura. Y la tercera, al despidiente, que es Dios, la cual es ya inmediata a la luz del día. Y, para que mejor lo entendamos, iremos tratando de cada una de estas causas de por sí.

CAPITULO 3

Habla de la primera causa de esta noche, que es de la privación del apetito en todas las cosas, y da la razón por qué se llama noche.

1 Llamamos aquí noche a la privación del gusto en el apetito de todas las cosas; porque, así como la noche no es otra cosa sino privación de la luz, y, por el consiguiente, de todos los objetos que se pueden ver mediante la luz, por lo cual se queda la potencia visiva a oscuras y sin nada, así también se puede decir la mortificación del apetito noche para el alma, porque, privándose el alma del gusto del apetito en todas las cosas, es quedarse como a oscuras y sin nada. Porque, así como la potencia visiva mediante la luz se ceba y apacienta de los objetos que se pueden ver, y, apagada la luz no se ven, así el alma mediante el apetito se apacienta y ceba de todas las cosas que según sus potencias se pueden gustar; el cual también apagado, o, por mejor decir, mortificado, deja el alma de apacentarse en el gusto de todas las cosas, y así se queda según el apetito a oscuras y sin nada.

2 Pongamos ejemplo en todas las potencias. Privando el alma su apetito en el gusto de todo lo que el sentido del oído puede deleitar, según esta potencia se queda el alma a oscuras y sin nada. Y privándose del gusto de todo lo que al sentido de la vista puede agradar, también según esta potencia se queda el alma a oscuras y sin nada. Y privándose del gusto de toda la suavidad de olores que por el sentido del olfato el alma puede gustar, ni más ni menos según esta potencia, se queda a oscuras y sin nada. Y negando también el gusto de todos los manjares que pueden satisfacer al paladar, también se queda el alma a oscuras y sin nada. Y, finalmente, mortificándose el alma en todos los deleites y contentamientos que del sentido del tacto puede recibir, de la misma manera se queda el alma según esta potencia a oscuras y sin nada. De manera que el alma que hubiere negado y despedido de sí el gusto de todas las cosas, mortificando su apetito en ellas, podremos decir que está como de noche, a oscuras, lo cual no es otra cosa sino un vacío en ella de todos las cosas.

3 La causa de esto es porque, como dicen los filósofos, el alma, luego que Dios la infunde en el cuerpo, está como una tabla rasa y lisa en que no está pintado nada; y si no es lo que por los sentidos va conociendo, de otra parte naturalmente no se le comunica nada. Y así, en tanto que está en el cuerpo, está como el que está en una cárcel oscura, el cual no sabe nada sino lo que alcanza a ver por las ventanas de la dicha cárcel, y si por allí no viese nada, no vería por otra parte. Y así, el alma, si no es lo que por los sentidos se le comunica, que son las ventanas de su cárcel, naturalmente por otra vía nada alcanzaría.

4 De donde, si lo que puede recibir por los sentidos ella lo desecha y niega, bien podemos decir que se queda como a oscuras y vacía; pues, según parece por lo dicho, naturalmente no le puede entrar luz por otras lumbreras que las dichas. Porque, aunque es verdad que no puede dejar de oír, y ver, y oler, y gustar, y sentir, no le hace más al caso ni le embaraza más al alma, si lo niega y lo desecha, que si no lo viese ni lo oyese, etc. Como también el que quiere cerrar los ojos quedará a oscuras, como el ciego, que no tiene potencia para ver. Y así, al propósito habla David (Sal. 87, 16), diciendo: Pauper sum ego, et in laboribus a iuventute mea; que quiere decir: Yo soy pobre y en trabajos desde mi juventud. Llámase pobre, aunque está claro que era rico, porque no tenía en la riqueza su voluntad, y así era tanto como ser pobre realmente, mas antes, si fuera realmente pobre y de la voluntad no lo fuera, no era verdaderamente pobre, pues el ánima estaba rica y llena en el apetito. Y por eso llamamos esta desnudez noche para el alma, porque no tratamos aquí del carecer de las cosas, porque eso no desnuda al alma si tiene apetito de ellas, sino de la desnudez del gusto y apetito de ellas, que es lo que deja al alma libre y vacía de ellas, aunque las tenga. Porque no ocupan al alma las cosas de este mundo ni la dañan, pues no entra en ellas, sino la voluntad y apetito de ellas que moran en ella.

5 Esta primera manera de noche, como después diremos, pertenece al alma según la parte sensitiva, que es una de las dos que arriba dijimos, por las cuales ha de pasar el alma para llegar a la unión. Ahora digamos cuánto conviene al alma salir de su casa en esta noche oscura de sentido para ir a la unión de Dios.

CAPITULO 4

Donde se trata cuán necesario sea al alma pasar de veras por esta noche oscura del sentido, la cual es la mortificación del apetito, para caminar a la unión de Dios.

1 La causa por que le es necesario al alma, para llegar a la divina unión de Dios, pasar esta noche oscura de mortificación de apetitos y negación de los gustos en todas las cosas, es porque todas las afecciones que tiene en las criaturas son delante de Dios puras tinieblas, de las cuales estando el alma vestida, no tiene capacidad para ser ilustrada y poseída de la pura y sencilla luz de Dios, si primero no las desecha de sí, porque no pueden convenir la luz con las tinieblas; porque, como dice San Juan (1, 5): Tenebrae eum non comprehenderunt, esto es: Las tinieblas no pudieron recibir la luz.

2 La razón es porque dos contrarios, según nos enseña la filosofía, no pueden caber en un sujeto. Y porque las tinieblas, que son las afecciones en las criaturas, y la luz, que es Dios, son contrarios y ninguna semejanza ni conveniencia tienen entre sí, según a los Corintios enseña san Pablo (2 Cor. 6, 14), diciendo: Quae conventio lucis ad tenebras?, es a saber: ¿Qué conveniencia se podrá dar entre la luz y las tinieblas?; de aquí es que en el alma no se puede asentar la luz de la divina unión si primero no se ahuyentan las afecciones de ella.

3 Para que probemos mejor lo dicho, es de saber que la afición y asimiento que el alma tiene a la criatura iguala a la misma alma con la criatura, y cuanto mayor es la afición, tanto más la iguala y hace semejante, porque el amor hace semejanza entre lo que ama y es amado. Que por eso dijo David (Sal. 113, 8), hablando de los que ponían su afición en los ídolos: Similes illis fiant qui faciunt ea, et omnes qui confidunt in eis, que quiere decir: Sean semejantes a ellos los que ponen su corazón en ellos. Y así, el que ama criatura, tan bajo se queda como aquella criatura, y, en alguna manera, más bajo; porque el amor no sólo iguala, mas aun sujeta al amante a lo que ama. Y de aquí es que, por el mismo caso que el alma ama algo, se hace incapaz de la pura unión de Dios y su transformación; porque mucho menos es capaz la bajeza de la criatura de la alteza del Criador que las tinieblas lo son de la luz: Porque todas las cosas de la tierra y del cielo, comparadas con Dios, nada son, como dice Jeremías (4, 23) por estas palabras: Aspexi terram, et ecce vacua erat et nihil; et caelos, et non erat lux in eis: Miré a la tierra, dice, y estaba vacía, y ella nada era; y a los cielos, y vi que no tenían luz. En decir que vio la tierra vacía, da a entender que todas las criaturas de ella eran nada, y que la tierra era nada también. Y en decir que miró a los cielos y no vio luz en ellos, es decir que todas las lumbreras del cielo, comparadas con Dios, son puras tinieblas. De manera que todas las criaturas en esta manera nada son, y las aficiones de ellas son impedimento y privación de la transformación en Dios; así como las tinieblas nada son y menos que nada, pues son privación de la luz. Y así como no comprehende a la luz el que tiene tinieblas, así no podrá comprehender a Dios el alma que en criaturas pone su afición; de la cual hasta que se purgue, ni acá podrá poseer por transformación pura de amor, ni allá por clara visión. Y para más claridad, hablaremos más en particular.

4 De manera que todo el ser de las criaturas, comparado con el infinito (ser) de Dios, nada es. Y, por tanto, el alma que en él pone su afición, delante de Dios también es nada, y menos que nada; porque, como habemos dicho , el amor hace igualdad y semejanza, y aun pone más bajo al que ama. Y, por tanto, en ninguna manera podrá esta alma unirse con el infinito ser de Dios, porque lo que no es no puede convenir con lo que es. Y descendiendo en particular a algunos ejemplos:

-Toda la hermosura de las criaturas, comparada con la infinita hermosura de Dios, es suma fealdad, según Salomón en los Proverbios (31, 30) dice: Fallax gratia, et vana est pulchritudo: Engañosa es la belleza y vana la hermosura. Y así, el alma que está aficionada a la hermosura de cualquiera criatura, delante de Dios sumamente fea es; y, por tanto, no podrá esta alma fea transformarse en la hermosura que es Dios, porque la fealdad no alcanza a la hermosura.

-Y toda la gracia y donaire de las criaturas, comparada con la gracia de Dios, es suma desgracia y sumo desabrimiento; y, por eso, el alma que se prenda de las gracias y donaire de las criaturas, sumamente es desgraciada y desabrida delante los ojos de Dios; y así no puede ser capaz de la infinita gracia de Dios y belleza, porque lo desgraciado grandemente dista de lo que infinitamente es gracioso.

-Y toda la bondad de las criaturas del mundo, comparada con la infinita bondad de Dios, se puede llamar malicia. Porque nada hay bueno sino solo Dios (Lc. 18, 19); y, por tanto, el alma que pone su corazón en los bienes del mundo, sumamente es mala delante de Dios. Y así como la malicia no comprehende a la bondad, así esta tal alma no podrá unirse con Dios, el cual es suma bondad. -Y toda la sabiduría del mundo y habilidad humana, comparada con la sabiduría infinita de Dios, es pura y suma ignorancia, según escribe san Pablo ad Corinthios (1 Cor. 3, 19), diciendo: Sapientia huius mundi stultitia est apud Deum. La sabiduría de este mundo, delante de Dios es locura.

5 Por tanto, toda alma que hiciese caso de todo su saber y habilidad para venir a unirse con la sabiduría de Dios, sumamente es ignorante delante de Dios, y quedará muy lejos de ella. Porque la ignorancia no sabe qué cosa es sabiduría, como dice San Pablo que esta sabiduría le parece a Dios necedad. Porque, delante de Dios, aquellos que se tienen por de algún saber son muy ignorantes; porque de ellos dice el Apóstol escribiendo a los Romanos (1, 22), diciendo: Dicentes enim se esse sapientes, stulti facti sunt, esto es: Teniéndose ellos por sabios, se hicieron necios. Y solos aquellos van teniendo sabiduría de Dios que, como niños ignorantes, deponiendo su saber, andan con amor en su servicio. La cual manera de sabiduría enseñó también san Pablo ad Corinthios (1 Cor. 3, 18-19): Si quis videtur inter vos sapiens esse in hoc saeculo, stultus fiat ut sit sapiens. Sapientia enim huius mundi stultitia est apud Deum, esto es: Si alguno le parece que es sabio entre vosotros, hágase ignorante para ser sabio, porque la sabiduría de este mundo es acerca de Dios locura. De manera que, para venir el alma a unirse con la sabiduría de Dios, antes ha de ir no sabiendo que por saber.

6 Y todo el señorío y libertad del mundo, comparado con la libertad y señorío del espíritu de Dios, es suma servidumbre, y angustia, y cautiverio. Por tanto, el alma que se enamora de mayorías, o de otros tales oficios, y de las libertades de su apetito, delante de Dios es tenido y tratado no como hijo , sino como bajo esclavo y cautivo, por no haber querido él tomar su santa doctrina, en que nos enseña que el que quisiere ser mayor sea menor, y el que quisiere ser menor sea el mayor (Lc. 22, 26). Y, por tanto, no podrá el alma llegar a la real libertad del espíritu, que se alcanza en su divina unión, porque la servidumbre ninguna parte puede tener con la libertad, la cual no puede morar en el corazón sujeto a quereres, porque éste es corazón de esclavo, sino en el libre, porque es corazón de hijo. Y ésta es la causa por que Sara dijo a su marido Abraham que echase fuera a la esclava y a su hijo, diciendo que no había de ser heredero el hijo de la esclava con el hijo de la libre (Gn. 21, 10).

7 Y todos los deleites y sabores de la voluntad en todas las cosas del mundo, comparados con todos los deleites que es Dios, son suma pena, tormento y amargura. Y así, el que pone su corazón en ellos es tenido delante de Dios por digno de suma pena, tormento y amargura. Y así, no podrá venir a los deleites del abrazo de la unión de Dios, siendo él digno de pena y amargura.


- Todas las riquezas y gloria de todo lo criado, comparado con la riqueza que es Dios, es suma pobreza y miseria. Y así, el alma que lo ama y posee es sumamente pobre y miserable delante de Dios, y por eso no podrá llegar a la riqueza y gloria, que es el estado de la transformación en Dios (por cuanto lo miserable y pobre sumamente dista de lo que es sumamente rico y glorioso).

8. Y, por tanto, la Sabiduría divina, doliéndose de estos tales, que se hacen feos, bajos, miserables y pobres, por amar ellos esto, hermoso y rico a su parecer, del mundo, les hace una exclamación en los Proverbios (Pr 8,4-6 Pr 8,18-21), diciendo: O viri, ad vos clamito, et vox mea ad filios hominum. Intelligite, parvuli, astutiam, et insipientes, animadvertite. Audite quia de rebus magnis locutura sum. Y adelante va diciendo: Mecum sunt divitiae et gloria, opes superbae et iustitia. Melior est fructus meus auro et lapide pretioso, et genimina mea argento electo. In viis iustitiae ambulo, in medio semitarum iudicii, ut ditem diligentes me, et thesauros eorum repleam. Quiere decir: ¡Oh varones, a vosotros doy voces, y mi voz es a los hijos de los hombres! Atended, pequeñuelos, la astucia y sagacidad; los que sois insipientes, advertid. Oíd, porque tengo de hablar de grandes cosas. Conmigo están las riquezas y la gloria, las riquezas altas y la justicia. Mejor es el fruto que hallaréis en mí, que el oro y que la piedra preciosa; y mis generaciones, esto es, lo que de mí engendraréis en vuestras almas, es mejor que la plata escogida. En los caminos de la justicia ando, en medio de las sendas del juicio, para enriquecer a los que me aman y cumplir perfectamente sus tesoros. En lo cual la Sabiduría divina habla con todos aquellos que ponen su corazón y afición en cualquiera cosa del mundo, según habemos ya dicho. Y llámalos pequeñuelos, porque se hacen semejantes a lo que aman, lo cual es pequeño. Y, por eso, les dice que tengan astucia y adviertan que ella trata de cosas grandes y no de pequeñas, como ellos; que las riquezas grandes y la gloria que ellos aman, con ella y en ella están, y no de donde ellos piensan; y que las riquezas altas y la justicia en ella moran; porque, aunque a ellos les parece que las cosas de este mundo lo son, díceles que adviertan que son mejores las suyas, diciendo que el fruto que en ellas hallará le será mejor que el oro y que las piedras preciosas; y [lo] que ella en las almas engendra, mejor que la plata escogida que ellos aman (Pv. 8, 19). En lo cual se entiende todo género de afición que en esta vida se puede tener.

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de PRESENCIA del Evangelio

01 Placido Rivilli
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02 Placido Rivilli
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03 Placido Rivilli
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Cristo Salvezza del Mondo
05 G.C.-F.M.-N.B.-P.R.
Nuova Evangelizzazione
06 Rosario Calò
Inviati ad Evangelizzare
07 Rosario Calò
Voi siete il sale...
08 Rosario Calò
Le cosa del cielo...
09 Pietro Sorci
Annunciamo la morte..
10 G.S. - C.M.
Il Vangelo del regno
11 G. Costanzo
Tu va' e annuncia
12 L.Leonardi
Tutti siano una cosa sola
 
13 Rosario Calò
Linee per la nuova evangelizzazione
14 Presenza del Vangelo15  Mario Russotto
Ma voi,chi dite che io sia
16 Mario Russotto
Il Vangelo di Luca
17 Lia Cerrito
Il Tavolo del Padreterno
18  Lia Cerrito
I fioretti di Maria
18 Lia Cirrito
Il Mistero della Consagrazione
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MOVIMIENTO CATOLICO "PRESENCIA DEL EVANGELIO" 2

La Presencia del Evangelio ha sido movimiento católico nacido como la acción de la fe en la palabra de Jesús y como respuesta al hombre que en todas  las épocas  invoca la presencia y la certeza de esa palabra

PRESENTACION
ORIGENES
EL CARCTER
EL CARISMA
LA ESPIRITUALIDAD
LA MISIÓN

PRESENTACION

arriba
Presencia del Evangelio desea afirmar el  Evangelio como presencia imprescindible y vital en el mundo y ayudar a los hombres a tomar conciencia de esta presencia, a reconocerla come valor y del actual tiempo y a hacerlo eficaz en poseer vida.
 El Evangelio es la buena noticia, la noticia más alegres que el hombre puede recibir.
 En el Evangelio está Jesús, hecho hombre, que habla al hombre.
Solamente si  escucha y observa su palabra, palabra de la vida, el hombre coge para en plenitud su beatitud verdadera, que es la que Jesús ha prometido a quien escucha y observa la palabra de Dios (cf Lc 11.28).
Tenemos una culpabilidad quizás a reparar: el conocido escaso y la poca observancia fiel del Evangelio. Tenemos un deber a terminar: para saber más, viviendo mejor el  Evangelio y difundirlos  en el mundo de modo que todos los hombres crean en Jesús Cristo y tengan la vida eterna (cf Gv 3.16). El Evangelio es un libro, pero es más que un libro. El Evangelio es una persona; una persona viva "quién habla con usted" (Gv 9.36). Cuando se lee el Evangelio se escucha la palabra de Jesús. La carne hecha de la palabra para cada día nos habita en medio y viviendo con nosotros de nuestra vida (cf Mt 28.20).
Su palabra no es el sonido frágil que el viento pronto dispersó como sucede a menudo de las palabras del hombre, solamente fuerza creatriz del él. Es lo que expresa y el trabajo que dice. Es Calabra-Vida. Cuando nos habla, podemos creerlo adentro porque él no puede y él no desea trampear a nosotros. Èl  no puede absolutamente mentire porque  es la verdad.
 Si confiamos en Él, si creemos en su palabra, si vivimos según su Evangelio, el imposible se convertirá en posible, la desesperación en esperanza y  certeza de la esperanza.
Los hombres que, como Pedro, no saben adónde ir porque solamente él tiene palabras de la vida (cf Gv 6.68), a cuántos sienten urgente la necesidad de una presencia viva y eficaz del Evangelio en el mundo, el movimiento "presencia del Evangelio", el cuyo fin es servir fielmente la palabra de Dios, pide poseer la adherencia eficaz para contribuir para rendir más humano y  más cristiano el mundo en el cual Diosnos ha llamado a vivir

ORIGENES

arriba
El movimiento Presencia del Evangelio ha surgido en el 1946 en el silencio de un humilde convento franciscano como acto de fe en la Palabra de Jesús y también en la voluntad del hombre que invoca, a veces también sin saberlo, la presencia y la certeza de aquella Palabra. 
Presencia del Evangelio nació cuando algunos hombres escandalizados por una guerra hecha de odio, de violencia y de muerte, han buscado y destapado, con inmensa alegría, en el Evangelio la respuesta más apropiada a sus profundas exigencias de verdad y justicia, de amor y de paz. 
Presencia del Evangelio se ha definido sencillamente "Movimiento" que, libre de vínculos organizativos, quiere alcanzar a los hombres para ayudarlos a poseer la beatitud prometida a los que "escuchan y observan la Palabra de Dios" (Lc 11,18). 
Nacido en tiempos de guerra en que fue necesario hacer guerra a la guerra, Presencia del Evangelio por mucho tiempo se ha llamado Cruzada del Evangelio.  
Sus armaa - obviamente - fueron y también son hoy, armas espirituales y su espada fue y es "la espada del Espíritu, es decir la Palabra de Dios" (Ef 6,17). 
El origen del Movimiento en el cuento de su Fundador:  
  "Caminé por calles de silencio y paz. Conocí, más que cada otra, una calle: la que condujo al convento franciscano de S. Antonio en Bagheria (Palermo), entonces – en el 1946 - verdadera oasis del espíritu entre olivares y naranjales, engastado entre las rocas del "montículo" y asomada sobre de uno estupendo balcón abierto sobre un mar que te acariciaba el rostro con su brisa y te saciaba los ojos de infinito 
Rara gente pasó por aquella calle; tan a menudo estuve solo y hubo mucho silencio que pudiera desgranar lentamente mi rosario sin excesivas diversiones.   
Un día otros han caminado sobre aquella calle y me han alcanzado en mi recogido refugio. Fueron jóvenes y llevaban sobre el rostro, bastante visible, las señales de un gran sufrimiento: el sufrimiento provocado por una guerra inútil y despiadada. 
Me han preguntado: "Por qué mucho mal en el mundo, por qué el odio, la violencia, la guerra, la muerte?."   
A aquellas preguntas no se pudo no contestar. Y he contestado, no con la lógica del hombre, pero con la fe en Su palabra. 
He dicho que hubo Uno que ha tenido el ánimo de decir: "Yo" soy la Verdad y que ha demostrado de serlo con su vida y con su palabra.   
Ha dicho: "Yo" soy la Verdad y no una verdad. Luego hace falta encontrarse con Él para encontrarse con la Verdad.
Y entonces hemos abierto el Evangelio y hayan leído: "En verdad, en verdad os digo, si uno no renace de lo alto... tiene que renacer de lo alto" (Gv 3.3) "sobre las destrucciones de la guerra y sobre los inmensos campos de muertos la vida puede, tiene que renacer, sólo que se acepta el Evangelio, su palabra de vida, la palabra que es vida. 
 Hemos comprendido que el mundo destruido por la guerra pudiera ser recreado a través de la Palabra en fuerza del que ha sido creado.  Hemos comprendido que el único título a la existencia, por nosotros, consistió en el anunciarles a los hombres en humildad de espíritu y en pobreza de medios, pero con fe tenaz y amor inmenso, la palabra de Jesús, para que, creyéndole en Él tuvieran la vida, la verdadera vida: la Suya. 
 También hemos comprendido que hizo falta ayudar a los hombres de buena voluntad, a meterse humildemente pero atrevidamente a servicio de la palabra de Dios para devolver menos inhumano, más cristiano el mundo en cuyo Dios nos ha llamado a vivir." De ése  nació el encuentro el movimiento como el cual, se ha dicho, por el tiempo en el cual nació se ha llamado "cruzada del Evangelio" y hoy <<Presenza del Evangelio. >> La denominación <<Presenza del Evangelio>> se justifica del hecho de que se propone:
 - para afirmar el  Evangelio, aunque todas las contestaciones  posibles, en la historia y la vida del mundo;
 - para ayudar a los hombres a tomar conciencia de esta presencia y a reconocerla del valor y del actual tiempo;
- para formar al hombre de modo que el  Evangelio sea adentro él presencia viva y que funciona, por lo tanto rendirlo en conformidad con Cristo;
- para rendir el presente y activos el Evangelio en las varias expresiones del ecclesiale y de la vida social;
- para anunciar el Evangelio a todos los hombres, affin­ché en su vida el Evangelio es presencia de la verdad, de la alegría y del amor de Cristo.
 Desde todo esto el movimiento, junto a la iglesia es depositario de la verdad y  ha pedido la bendición Sommo Pontefice Pio XII cuál, a través de su secretaria del estado, Giambattista cardinal Montini, ha dicho a nosotros: "Su Santidad sigue calurosamente con particular interés la Cruzada del San Evangelio complaciéndose unánime fervor por un. Movimiento de muchas esperanzas, restauración de vida cristiana del pueblo y manda de corazón, ancha propiziatriz efusión y divinos favores y bendición."
 Empujado de la fuerza misteriosa de la palabra y relevado de la bendición apostólica, Presencia del  Evangelio, obedeciendo  a la palabra de Jesús, ha comenzado su manera en las maneras del mundo porque se convierten en las maneras del Evangelio con el cual el hombre puede entrar en la alegría del reinado del dios.

EL CARCTER

arriba
Presencia del Evangelio es un Movimiento que se propone de difundir el conocimiento, la espiritualidad y la práctica del Evangelio en conformidad con el magisterio de la Iglesia católica. 
 
Lleva del Evangelio su inspiración, su espiritualidad y los métodos de su acción.  
  Su objetivo, esencialmente formativo y apostólico, es empeñarse, con específicas iniciativas, en la misión evangelizadora de la Iglesia, ayudando a los hombres a conocer y a vivir la Palabra de Dios de modo que convertirse en Evangelio viviente y operante.  
  Con el anuncio de la Palabra Presencia del Evangelio quiere contribuir a la edificación del Reino de Dios, establecida por Cristo, en el que la creación, la revelación y la historia alcanzan su cumplimiento y su perfección.  
 
En su empeño de escucha y anuncio de la Palabra de Dios reconoce el magisterio de la Iglesia católica columna y sostén de la "Verdad" (1 Tim 3,15) y se conforma a ella.  
 
Presencia del Evangelio se dirige a todos los hombres y se introduce en las varias expresiones de la vida eclesial y social colaborando con ellas en el común deber del conocimiento y el anuncio del Evangelio.  
  Hacen parte del Movimiento Presencia del Evangelio los que tiene las disposiciones solicitadas del espíritu y de las finalidades de lo mismo.  
 
Los que adhieren al Movimiento Presencia del Evangelio se empeñan a:  
 
- participar, según sus posibilidades a la vida y a la actividad del Movimiento, especialmente a los Cenáculos del Evangelio; 
   - estudiar y asiduamente meditar la Palabra de Dios;  
   - rogar porque el mundo se convierta al Evangelio y le reconozca en Cristo la Vía, la Verdad, la Vida, cf. Gv 14,6; 
   - testimoniar el Evangelio con la vida experimentada como encarnación y expresión de la Palabra. sobre el ejemplo de Jesús "venido al mundo para dar testimonio a la Verdad", (Gv 18,37)
   - anunciar la Palabra como salvación de Dios, ofrecida al hombre en Cristo Jesús; 
Los que desean empeñarse más activamente en el Movimiento y meterse más generosamente a servicio de la Palabra de Dios pueden entrar en el Comunità de los Misioneros del Evangelio o en el instituto secular de las Misioneras del Evangelio.  
 
Todos los que participan en el Movimiento Presencia del Evangelio se empeñan a ser un cuor solo y un alma "sola"(At 4,32) así de ser, en conformidad con el deseo de Jesús, una sola cosa como Él es una sola cosa con el Padre, unidos en el amor que nos hace reconocer a verdaderos discípulos de Cristo 

EL CARISMA

arriba
Cómo cristianos somos llamados a evangelizar. Esta vocación encuentra su motivación en el hecho mismo de nuestro ser cristianos y en el sentido auténtico de la palabra Evangelio.  
 
 
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En cuantos cristianos somos llamados a repetir en nuestra vida la vida de Cristo el que es esencialmente el misionero del Padre y, en cuánto tal, necesariamente nos implica en su misión, nota porque cristianos es decir hombres creados para ser "imagen conforme del Hijo de Dios" (Rom 8,23).  
 
Y ya que el Cristo ha venido para predicar el Evangelio del Reino, también nosotros somos empeñados en el anuncio del mismo Evangelio.    
 
No podemos conocer y aceptar el Evangelio sin empeñarnos en su anuncio y eso resulta del mismo sentido de la palabra Evangelio en efecto Evangelio en su etimología griega significa Buena Noticia y una noticia, por su naturaleza, tiene que ser conocida y difusa. Cómo noticia, y por de mejor noticia, y en fin la única buena noticia, el Evangelio no puede ser acogido y anunciado.  
 
Quien recibe el Evangelio tiene que donarlo. "Lo que escucháis con la oreja  predicadlo sobre los techos", (Mt 10.27).  
 
Leemos en la exhortación apostólica de Paolo VI a evangelización del mundo contemporáneo: "Los que acogen con sinceridad la Buena Noticia, ­proprio en virtud de esta acogida y la fe participada, se reúnen en el nombre de Jesús, para buscar junto el Reino, construirlo, vivirlo. El orden determinado a los apóstoles: La Buena Noticia" ir y proclamadas, también vale, aunque de modo diferente, por todos los cristianos.... La Buena Noticia del Reino, que viene y que es iniciado, es por todos los hombres de todos los tiempos. Los que la han recibido y los que ella recoge en la comunidad de la salvación, la Iglesia, puede y tienen que comunicarla y difundirla" (EN n. 13).  
 
La obligación de anunciar el Evangelio deriva de la naturaleza misma del Evangelio, del hecho que, siendo el cristiano integrado en el cuerpo de Cristo participa, como se ha dicho, de su vida y de su missio­ne, comparte de ello las responsabilidades, usa de ello los métodos y se esfuerza de alcanzar de ello los resultados.  
 
El Movimiento "Presencia" del Evangelio cree de haber recibido, por gracia, de modo específico, el carisma de la evangelización. Este carisma califica y empeña de modo particulares los que os adhieren.  
 
Siempre en la Iglesia ha sido anunciado el Evangelio y siempre ha estado vive especialmente en la vida de los San, pero en los modos de evangelizar siempre hay algo de diferente. S. Francisco y  S. Domingo han evangelizado, pero en el modo de evangelizar de los dos Santos hay mucha diferencia, incluso  si han anunciado el mismo Evangelio.  
 
El carisma de Presencia del Evangelio se distingue de cada otro por muchos motivos que podemos considerar como los siete pilares que sustentan la vida y la acción del Movimiento mismo:  
 
- conocimiento del Evangelio, de todo el Evangelio, palabra por palabra, de la primera a la última palabra;  
 
- estudio de la Palabra para comprenderla en su real sentido: literal, doctrinal, espiritual, moral, existencial;  
 
- meditación asidua para interiorizar a la Palabra como Maria (cf Lc2,19);  
 
- lectura existencial y personalizada de la Palabra de modo que ella se vuelve, por quién lo acoge. pa­rola de vida que transforma la vida;  
 
- ruego como expresión de la Palabra que nos pone en condición de comprender el lenguaje de Dios y de dialogar con Él;  
 
- testimonio de la Palabra en la misma vida por ejemplo de Jesús "venido en el mundo para dar testimonio a la verdad"(Gv 18,37);  
 
- anuncio fiel y atrevido del Evangelio de modo que, por nosotros, se pueda escuchar al mismo Jesús (cf Lc 10,16).  
 
Todo esto, en sus contenidos esencial, lo encontramos en la primera Carta del apóstol Giovanni donde él escribe: "Lo que fue al principio, lo que nosotros hemos oído, lo que tenemos visto con nuestros ojos, lo que nosotros hemos contemplado y lo que nuestras manos han tocado, o sea el Verbo de la vida - ya que la vida se ha hecho visible y de eso damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estuvo cerca del Padre y se ha hecho visible a nosotros - lo que tenemos visto y oído nos lo anunciamos a vosotros porque también vosotros estéis en comunión con nosotros. Nuestra comunión es con el Padre y con el Hijo a su Jesús Cri­sto. Estas cosas os escribimos porque nuestra alegría esté llena"(1 Gu 1,1-4).  
 
En las palabras del apóstol hay, en su esencia, todo el Movimiento Presencia del Evangelio.  
 
Con Juan nosotros afirmamos que el Verbo es no sólo al principio del tiempo, pero de la vida, de nuestra vida y a esta Palabra queremos referirnos para comprender quienes somos y quiénes debemos ser para ser nosotros mismos ya que cuando somos realmente nosotros mismos somos palabra de la Palabra.  
  Juan ha oído físicamente la Palabra. Por nosotros que no hemos visto el Cristo, este no es posible, pero no por este nos es impedido escucharlo igualmente porque la escucha de la Palabra es una escucha efectiva e interior que se distingue de la simple percepción auditiva (G. Kittel). El oír, en este caso no es cuestión de orejas, pero de fe, una fe que hace perceptible su palabra más de lo que ella lo sea físicamente perceptible.  
 
Esta Palabra, hecha carne, Juan la ha visto con los mismos ojos, nosotros no podemos afirmar el mismo, pero podemos decir que podemos verla igualmente, aunque de modo diferente, porque escucharlo, dice el ruso Dimitrij Merezkovskj el escritor, es verlo. Y Jesús dice que son encantados los que creen sin "ver"(Gv 20,29). podemos verlo con los ojos de la fe que nace de la escucha de la Calabra (cf Rom 10,17).  
 
Si logramos ver Jesús en la Palabra, nuestra visión necesariamente se convierte en contemplación, es decir visión prolongada en el tiempo, una visión que nos implica intensamente y que nos obliga a pararnos largamente en la contemplación de la Palabra encarnada y visible sobre el rostro de Cristo.  
 
Nuestras manos, dice Juan, han tocado el Verbo de la vida.  
 
Nosotros no hemos tocado físicamente a Jesús, pero podemos experimentar, de modo diferente, pero real, la alegría de Juan, nutriéndonos de su palabra (cf Mt 4,4) y participando en la Eucaristía en que comemos el cuerpo del Dios y bebemos de ello la Sangre, transformándonos, en fuerza de esta comida y esta bebida, en cuerpo de Cristo.  
 
De esta nuestra experiencia del Verbo de la vida nace espontáneamente el testimonio y consecuentemente el anuncio a los hombres con que queremos hacer comunión para estar con ellos una sola cosa en Cristo.  
 
El Movimiento Presencia del Evangelio se reconoce plenamente en la experiencia del apóstol a Giovanni porque a la base de su vida y su acción está el Verbo que ello quiere escuchar, ver, contemplar, tocar para testimoniarlo con la misma vida y anunciarlo a los hombres con los que quiere estar en comunión, una comunión que, experimentada con el Padre y el Hijo su Jesús Cristo, se pone naciente de alegría, de una alegría que es plenamente alegría porque es la alegría misma de Dios.  
 
Nuestro carisma está sin duda un gran regalo "un tesoro, San Paolo diría, que tenemos en macetas de creta"( 2 Cor 4, 7) pero nos conforta lo que dice un escritor de nuestro tiempo: "Qué importa si el tubo es de plomo, bastos que dejas pasar el agua" (Bruce Marshall).  
 
Si el carisma recibido es un regalo, un gran regalo, ya que es expresión del amor de Dios que se consagra a en el Cristo y en su Evangelio, el regalo tiene que ser acogido, estimado, ricambiato.E' el talento que hace falta hacer rentar al ciento por ciento; es la semilla que tiene que ser acogido en un corazón bueno y "perfecto", Lc 8,15, y que tiene que producir el ciento o a lo mejor el sessan­ta o el treinta por ciento, (Mt 13,8): al menos el treinta por ciento, menos no.  
 
Tenemos que ser conscientes del valor y de la preciosidad del regalo y empeñarnos a hacer dono a los otros porque vuelves rico en buenos frutos, centuplicado, a Dios. 

LA ESPIRITUALIDAD

arriba
La espiritualidad del Movimiento Presencia del Evangelio  está basada en Cristo. Palabra hecha carne (cf Gv 1.14) en cuyo descubre el manantial de su vocación y su misión; Palabra creadora y reveladora que conti­nua a encarnarse en los que la acogen, (cf Gv 1,12) y por ellos, renueva por la eternidad el Espíritu la vida del mundo (cf 2 Cor 5,17). Porque los hombres tengan acceso al Padre y sean hechos partícipes de la divina naturaleza (cf De los Verbum, 2).  
  Presencia del Evangelio es un Movimiento que sólo en la Palabra encuentra el motivo de su existencia y la dinámica de su acción.   Palabra escuchada y maturada en el silencio y en el ruego, humildemente, fielmente.   Palabra que es Dios, Palabra hecha carne para estar presente en la vida del hombre, por futuro fuerza que irresistiblemente se expresa - regalo de luz y amor - en apostolado evangélico por la salvación del mundo.  
Presencia del Evangelio es encuentro personal y comunitario con el Cristo, el Cristo verdadero: aquel del Evangelio. El Cristo que vivas, que habla, que muere, que resucita, que salva.   Y es encuentro con los hombres, redescubiertos en la luz de Cristo, hermanos, hechos para ser elementos de un único Cuerpo, una sola familia, familia de los hijos de Dios, engendrada por la carne no, ni de la sangre, ni de la voluntad del hombre, pero de Dios, en fuerza de la Palabra creadora y santificadora. 
La espiritualidad de Presencia del Evangelio también es espiritualidad mariano porque el Verbo se ha hecho carne en Maria y y es engendrado por Usted por la salvación del mundo y porque •Maria en su vida fue el modelo de aquel amor materno, del que tienen que ser animados todos los que cooperan a la regeneración de los hombres en la misión apostólica de la Iglesia, lat. II Constitución dogmático ("Lumen Gentium" n. 65). 

LA MISIÓN

arriba
El apostolado de Presencia del Evangelio comprende ordinariamente:  
 
- formación de los Cenáculos del Evangelio;  
  - actividad misionera: Días y Semanas del Evangelio, Misiones de carácter evangélico;  
  - iniciativas culturales: Corridos de estudio, Escuelas del Evangelio, Cursos bíblicos, Congresos;  
  - difusión de la prensa que se refiere a la Sagrada Escritura, de modo particular al Evangelio;  
  - iniciativas varias según el entorno y las circunstancias solicitan.   
 
En su apostolado, Presencia del Evangelio, da particular importancia al encuentro personal a través del que se propone de alcanzar el hombre en su inte­riorità para disponerlo a acoger dignamente el Pa­rola de Dios y a vivirla en su unidad de escucha - encarnación - anuncio.  
  Se inserta activamente en la Iglesia local y desarrolla su apostolado en la familia, en la escuela. en los despachos, entre los obreros, en los hospitales y en cualquier otro entorno aunque difícil y lejano.  
  Quiere estar presente en el mundo de los pobres y los dolientes, consciente que el Bueno Cuento se dirige particularmente a ellos.  
  Se empeña, con oportunas iniciativas, en el movimiento ecuménico para que todos los cristianos, en clima de recíproca confianza y comunión en la Palabra, viviendo la Verdad en la Caridad, (Ef 4,15), "sea perfectos en la unidad” (Gu 17,23) y sólo hay "uno rebaño y un solo pastor" (Gv 10,16).  
  En el desarrollo de su misión Presencia del Evangelio repone su confianza en la fuerza creadora y santificadora de la Palabra de Dios y, confiando en su interior eficacia, búsqueda y utiliza los medios más idóneos a la realización de sus finalidades.  
  Los Cenáculos del Evangelio son el momento fuerte en la vida del Movimiento Presencia del Evangelio, lugar privilegiado de encuentro con la Palabra y manantial de apostolado por la evangelización del mundo.

MOVIMIENTO CATOLICO "PRESENCIA DEL EVANGELIO" 1

""Señor nuestro Jesús Cristo.. Derramas sobre el mundo entero la luz y el amor de tu Santo Evangelio y hace qué ello sea por todos los hombres mensaje de alegrìa, de paz y de bien...”

Ser misioneros del Evangelio para contribuir a la regeneración del mundo en Cristo

es el espléndido carisma – vocación del Movimiento Presencia del Evangelio, qué lleva del Evangelio su inspiración, su espiritualidad y los métodos de su acción. El anuncio del Evangelio es la más buena contribución que se pueda ofrecerle al hombre, a las sociedades y al mundo entero porque alcancen el máximo nivel de perfección y felicidad. El cristiano tiene un deber fundamental: conocer cada vez más y siempre vivir mejor el Evangelio para poderlo anunciar dignamente al mundo. El Movimiento Presencia del Evangelio empeña sus miembros “a servicio de la Palabra de Dios" por:
1. escucha-conocimiento de la Palabra de Dios 
2. encarnación de la Palabra, de poner en acción en los circuitos de la vida a todos los niveles, testimonio
3. anuncio. El momento específico y fuerte en la vida del Movimiento es constituido por el CENÁCULO DEL EVANGELIO, lugar privilegiado de encuentro con la Palabra y manantial de apostolado por la evangelización del mundo.
El Cenáculo es un encuentro que pone al centro la Palabra de Dios, para poder localizar el punto de vuelta de la vida, la relación entre la pregunta de vida y la propuesta del Evangelio de Jesús Cristo, Hijo de Dios.
El Cenáculo, tiempo fundamental por el escucha-conocimiento de la Palabra de Dios, hace poco a poco entrar en relación de familiaridad con la Palabra, hace poco a poco comprender, profundizar, madurar como camino de vida, mientras que estimula al empeño hasta el servicio del anuncio explícito.
El encuentro cenacular se desarrolla así: 
· Oracion de inicio: nos ponemos delante a Dios para ser reengendrados   por su Palabra: "Señor, Dios de verdad, disipa las tinieblas de nuestro espíritu, 
Ilumínanos con la luz del Santo Evangelio; 
Hace qué podemos conocer  a Ti,
Único verdadero Dios, y el que Tú has mandado 
Jesús Cristo Hijo tuyo y nuestro Salvador. Amén" 
Lectura-proclamación de la Palabra: en escucha de la Palabra de Dios, como ha sido revelada y como nos es entregada por la Iglesia 
· Comentario - presentación: escuchamos a la comunidad, por uno de nosotros, qué nos dice esta Palabra de Dios que estamos considerando 
· Silencio: en escucha del Espíritu que sitúa la Palabra dentro de cada uno de nosotros, por nuestras relaciones de comunión, por el servicio del anuncio 
· Conversación: nos escuchamos sobre como poder poner en acción la Palabra en los circuitos de la vida personal, familiar, comunitaria, social, del servicio misionero 
· Oracion de conclusión: delante a Dios para devolver gracias con abertura a la acción de la Palabra que continua a obrar.
"Te agradecemos , nuestro Señor Dios, por la Palabra de vida que nos has comunicado a través de tu querido Hijo Jesús.
Concédenos de custodiarla en nuestro corazón y de observarla fielmente en nuestra vida. Amén".
P.P.Rivilli, fundador del Movimiento Presencia del Evangelio, escribe: 
 "El Evangelio no es un libro de fácil lectura. Ello revela sus secretos sólo a los que se empeñan a escuchar la Palabra en una actitud de silencio y oracion. El que habla en el Evangelio es comprensible en la medida en que se deja espacio a la Palabra." 
"La Palabra encarnada y experimentada tiene que volverse, por los que  participan en el Cenáculo, en Palabra testimoniada y anunciada."  
"Los que participan en el Cenáculo estén  no sólo evangelizados, pero también evangelizador." 
“El Movimiento Presencia del Evangelio cree de haber recibido, por gracia,  modo específico, el carisma de la evangelización. Este carisma califica y empeña de modo particulares los que os adhieren." 
Para saber de ello de más:  Una breve presentación  

                                         Estatuto 

MOVIMIENTO CATOLICO "PRESENCIA DEL EVANGELIO"

Presentación del movimiento 

"Presencia del Evangelio"

El  movimiento fue fundado  en 1946 por P. Placido Rivilli, un fraile menor, que concluyó su vida terrena en el 13 de diciembre de 1999.   En noviembre de 1946 un grupo de gente joven de la universidad, insatisfecho de la vida que vivín, conoció P. Placido Rivilli cerca del convento franciscano "S. Antonio" de Bagheria, en los afueras  de Palermo. P. Rivilli dio vida, al movimiento que se llamó “Cruzada del Evangelio”, que en el 4 de octubre de 1987 ha cambiado su nombre en  "presencia del Evangelio".
Este movimiento fue llevado de los "porques" que esa gente joven puso al P. Rivilli (era en el período de la posguerra había numerosos  "porques"), y a partir de la respuesta del mismo fraile: "abrimos al Evangelio" los jóvenes iniciaron a encontrarse casi regularmente.

P. Placido Rivilli, frate minore
De este encuentro nació la base de un primer núcleo del movimiento que dio vida al “Cenaculo", en el cual la alegría del descubrimiento de la solidez de la palabra del dios fue vivida, de su capacidad de dar las respuestas de la vida fundadas en la esperanza de la fuerza del creatrice y del ricreatrice de esta palabra.
P. Rivilli acentuó  el carácter del ecclesiale del Cenacolo y  del movimiento y de la relación vital con la Eucaristia.
 Se formó un grupo espontáneo, que escribiò una  carta para darse algunas reglas y para puntualizar el carácter del Movimento mismo..
A través el estatuto se establecieron el responsable general y  general el Responsable de la zona, el Responsable de los cenaculos.
En  modo el Movimento resultó  partecipe a la iglesia, sensible y abierto a los regalos del Espíritu.


De ese primer Cenaculo se pusieron otros, en Bagheria y entonces del allì en muchos otros lugares. En 1947 el movimiento  transfirió el centro de su acción a Palermo, cerca del convento franciscano de la Gancia, y la Sicilia con la abundancia de cenaculos y la realización de días y de semanas del Evangelio fue irradiado en todas la  parroquias. Hoy en día  el Movimento tiene cenaculos en  Italia, Perù y Bolivia.
Map of SiciliaP. Rivilli dijo eso, en frente al favor obtenido, también de la parte las avanzadas de la orden de los Frailes menores y los obispos, ha sentido la necesidad todavía de hacer peregrinaciones en el Getlteman y a Lourdes.
  Aquí, cerca del santuario ha dicho estas palabras: "la cruzada del  de  la renovación del evangelico antes del trabajo de la iglesia".Esas palabras eran de papa Leone XIII. P. Rivilli las consideraba una respuesta y un mandado.
En 1948 P. Rivilli ha dado  vida a la comunidad de los misionarios del  Evangeliol, que propone la consacración al "servicio de la palabra del dios" (cf actividad comunidad, n°18).
A partir del 1948 el movimiento público el periódico "presencia del Evangelio

 
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Las iniciativas del movimiento
El movimiento ha realizado y realiza "días" y "semanas" del Evangelio, para apoyar y comenzar la evangelización. Ha organizado y organiza cursos y seminarios bíblicos,  ruta espirituales,  ejercicios, las convenciones, el día del padre el nuestros  y otras iniciativas
 
Las casas del movimiento
El movimiento maneja dos "las casas del Evangelio" para el "servicio de la palabra del Dios":
Palermo - Via Chiarandà, 7
Motta d'Affermo - Messina - Piazza S. Pietro,1

Propósito
El movimiento tiene esencialmente alcance formativo y misionero. Su primero propósito es la  escucha y  el conocimiento profundizado de la palabra de Dios, su encarnación existencial, y vivir la vida como testimonio de esta calabra. Por lo tanto, el movimiento "vive y funciona para que los hombres se regeneran  a partir de la  palabra y del espíritu, y renacidos desde el colmo con el bautismo, ellos pueden participar al comunion con la  Iglesia” (carta art. 3)
  Para realizar todo esto el movimento propone la formación y la misión. El aspecto formativo  dio vuelta a la edificación interna y  paciente, en la convicción a que también el contexto social y las mismas estructuras no están acumulados y no renuevan el favor el hombre y la historia si no con la formación y la renovación de las conciencias. El misionero es al servicio de la Iglesia en obediencia al mandado que la iglesia ha recibido de  Cristo.

CENACULO 

El Movimento se inspira al grupo de Jesús y de la primera comunidad cristiana (los cf Estatuto  artt. 20-21), constituye el elemento central, también metodológico, de la vida y de la actividad del movimiento. "El grupo -  ha dicho P. Rivilli - es el momento fuerte de nuestro movimiento, lugar privilegiado del encuentro con la palabra de Dios y fuente del apostolado para la evangelización del mundo". Por lo tanto, damos importancia particular a la formación del grupo o del Evangelio