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EN EL SILENCIO DIOS TE HABLA, ESCUCHALO UN MINUTO
BIENVENIDO "AÑO DE LA FE"
DIOS TE HABLA, ESCUCHALO UN MINUTO
PARTE UNO
PARTE DOS
LAS SENTENCIAS DE LOS PADRES DEL DESIERTO 02
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LAS SENTENCIAS DE LOS PADRES DEL DESIERTO 01
Sentencias de los Padres del Desierto (índice)
CAPÍTULO I
1 |
Preguntó uno al abad Antonio: «¿Qué debo hacer para agradar a Dios?» El anciano le respondió: «Guarda esto que te mando: donde quiera que vayas, ten siempre a Dios ante tus ojos, en todo lo que hagas, busca la aprobación de las Sagradas Escrituras; y donde quiera que mores, no cambies fácilmente de lugar. Guarda estas tres cosas y te salvarás».
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2 |
El abad Pambo preguntó al abad Antonio: «¿Qué debo hacer?». El anciano contestó: «No confíes en tu justicia; no te lamentes del pasado y domina tu lengua y tu gula.
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3 | Dijo San Gregorio: «De todo bautizado Dios exige tres cosas: una fe recta para el alma, dominio de la lengua; castidad para el cuerpo». | |
4 |
El abad Evagrio refiere este dicho de los Padres: «Una comida habitualmente escasa y mal condimentada, unida a la caridad, lleva muy rápidamente al monje al puerto de la apatheia 1».
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5 | Dijo también: «Anunciaron a un monje la muerte de su padre, y el monje dijo al mensajero: "Deja de blasfemar; mi padre es inmortal"». | |
6 |
El abad Macario dijo al abad Zacarías: «Dime, ¿cuál es el trabajo del monje?». «¿Y tú, Padre, me preguntas eso?», le respondió. Y el abad Macario le dijo: «Tengo plena confianza en ti, hijo mío Zacarías, pero hay alguien que me impulsa a interrogarte». Y contestó Zacarías: «Para mí, Padre, es monje aquel que se hace violencia en todo».
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7 |
Decían del abad Teodoro de Fermo que aventajaba a todos en estos tres principios: no poseer nada, la abstinencia y el huir de los hombres.
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8 |
El abad Juan el Enano dijo: «Me gusta que el hombre posea algo de rodas las virtudes. Por eso, cada día al levantarte, ejercítate en todas las virtudes y guarda con mucha paciencia el mandamiento de Dios, con temor y longanimidad, en el amor de Dios, con esfuerzo de alma y cuerpo y con gran humildad. Sé constante en la aflicción del corazón y en la observancia, con mucha oración y súplicas, con gemidos, guardando la pureza y los buenos modales en el uso de la lengua y la modestia en el de los ojos. Sufre con paciencia las injurias sin dar lugar a la ira. Sé pacífico y no devuelvas mal por mal. No te fijes en los defectos de los demás, ni te exaltes a ti mismo, antes al contrario, con mucha humildad sométete a toda criatura, renunciando a todo lo material y a lo que es según la carne, por la mortificación, la lucha, con espíritu humilde, buena voluntad y abstinencia espiritual; con ayuno, paciencia, lágrimas, dureza en la batalla, con discreción de juicio, pureza de alma, percibiendo el bien con paz y trabajando con tus manos. Vela de noche, soporta el hambre y la sed, el frío y la desnudez, los trabajos. Enciérrate en un sepulcro como si estuvieses muerto, de manera que a todas las horas sientas que tu muerte está cercana».
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9 |
El abad José de Tebas dijo: «Tres clases de personas son gratas a los ojos de Dios: primero los enfermos que padecen tentaciones y las aceptan con acción de gracias. En segundo lugar, lo que obran con toda pureza delante de Dios, sin mezcla de nada humano. En tercer lugar, los que se someten y obedecen a su Padre espiritual renunciando a su propia voluntad».
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10 |
El abad Casiano cuenta del abad Juan que había ocupado altos puestos en su congregación y que había sido ejemplar en su vida. Estaba a punto de morir y marchaba alegremente y de buena gana al encuentro del Señor. Le rodeaban los hermanos y le pidieron que les dejase como herencia una palabra, breve y útil, que les permitiese elevarse a la perfección que se da en Cristo. Y él dijo gimiendo: «Nunca hice mi propia voluntad, y nunca enseñé nada a nadie que no hubiese practicado antes yo mismo».
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11 |
Un hermano preguntó a un anciano: «¿Hay algo bueno para que yo lo haga y viva en ello?». Y el anciano respondió: «Sólo Dios sabe lo que es bueno. Sin embargo, he oído decir que un Padre había preguntado al abad Nisterós el Grande, el amigo del abad Antonio: "¿Cuál es la obra buena para que yo la haga?". Y él respondió: "¿Acaso no son todas las obras iguales"? La Escritura dice: "Abraham ejercitó la hospitalidad, y Dios estaba con él. Elías amaba la hesyquia 2, y Dios estaba con él. David era humilde y Dios estaba con él". Por tanto, aquello a lo que veas que tu alma aspira según Dios, hazlo, y guarda tu corazón».
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12 | El abad Pastor dijo: «La guarda del corazón, el examen de si mismo y el discernimiento, son las tres virtudes que guían al alma». | |
13 |
Un hermano preguntó al abad Pastor: «¿Cómo debe vivir un hombre?». Y el anciano le respondió: «Ahí tienes a Daniel, contra el que no se encontraba otra acusación, más que el culto que daba a su Dios» (cf. Dn, 6, 56)
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14 |
Dijo también: «La pobreza, la tribulación y la discreción, son las tres obras de la vida solitaria. En efecto, dice la Escritura: "Si estos tres hombres, Noé, Job y Daniel hubiesen estado allí...". (cf. Ez 14, 1420). Noé representa a los que no poseen nada. Job a los que sufren tribulación. Daniel a los discretos. Si estas tres se encuentran en un hombre, Dios habita en él».
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15 |
El abad Pastor dijo: «Si el hombre odia dos cosas, puede liberarse de este mundo». Y un hermano preguntó: «¿Qué cosas son esas?». Y dijo el anciano: «El bienestar y la vanagloria».
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16 |
Se dice que el abad Pambo, en el momento de abandonar esta vida, dijo a los santos varones que le acompañaban: «Desde que vine a este desierto, construí mi celda y la habité, no recuerdo haber comido mi pan sin haberlo ganado con el trabajo de mis manos, ni de haberme arrepentido de ninguna palabra que haya dicho hasta este momento. Y sin embargo, me presento ante el Señor como si no hubiese empezado a servir a Dios».
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17 |
El abad Sisoés dijo: «Despréciate a ti mismo, arroja fuera de ti los placeres, libérate de las preocupaciones materiales y encontrarás el descanso».
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18 |
El abad Chamé, a punto de morir, dijo a sus discípulos: «No viváis con herejes, ni os relacionéis con poderosos, ni alarguéis vuestras manos para recibir, sino más bien para dar».
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19 | ||
20 | Un anciano dijo: «Que el temor, la privación de alimento y el penthos 3 moren en ti». | |
21 |
Dijo un anciano: «No hagas a otro lo que tú detestas. Si odias al que habla mal de ti, no hables tampoco mal de los demás. Si odias al que te calumnia, no calumnies a los demás. Si odias al que te desprecia, al que te injuria, al que te roba lo tuyo o te hace cualquier otro mal semejante, no hagas nada de esto a tu prójimo. Basta guardar esta palabra para salvarse».
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22 |
Un anciano dijo: «La vida del monje es el trabajo, la obediencia, la meditación, el no juzgar, no criticar, ni murmurar, porque escrito está: "Ama Yahveh a los que el mal detestan". (Sal 96, 10). La vida del monje consiste en no andar con los pecadores, ni ver con sus ojos el mal, no obrar ni mirar con curiosidad, ni inquirir ni escuchar lo que no le importa. Sus manos no se apoderan de las cosas sino que las reparten. Su corazón no es soberbio, su pensamiento sin malevolencia, su vientre sin hartura. En todo obra con discreción. En todo esto consiste el ser monje».
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23 |
Dijo un anciano: «Pide a Dios que ponga en tu corazón la compunción y la humildad. Ten siempre presentes tus pecados y no juzgues a los demás. Sométete a todos y no tengas familiaridad con mujeres, ni con niños, ni con los herejes. No te fíes de ti mismo, sujeta la lengua y el apetito y prívate del vino. Y si alguno habla contigo de cualquier cosa, no discutas con él. Si lo que te dice está bien, di: "Bueno", Si está mal, di; "Tú sabrás lo que dices." Y no disputes con él de lo que ha hablado. Y así tu alma tendrá paz».
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(1) APATHEIA: Impasibilidad. No consiste en la extinción de las pasiones, sino en su perfecto dominio en aquel que está estrechamente unido a Dios. (volver)
(2) HESYQUIA: Tranquilidad, quietud, sea del alma pacificada, sea de la vida monástica en general, sea, finalmente, de una vida más solitaria dentro o fuera el cenobitismo. (volver)
LA GRACIA del Domingo 8 de Abril de 2012
LA GRACIA del Domingo 8 de Abril de 2012:
DOMINGO DE PASCUA
El Domingo de Pascua es nuestro verdadero “sábado”: día de liberación, descanso y comunión.
DOMINGO DE PASCUA
El Domingo de Pascua es nuestro verdadero “sábado”: día de liberación, descanso y comunión.
LA GRACIA del Martes 10 de Abril de 2012
LA GRACIA del Martes 10 de Abril de 2012:
Hay continuidad pero también discontinuidad entre la realidad del cuerpo antes de la muerte y después de la resurrección.
Hay continuidad pero también discontinuidad entre la realidad del cuerpo antes de la muerte y después de la resurrección.
Hermana Angélica - Conocete a ti mismo, para cambiar lo necesitas (parte 1)
Hermana Angélica - Conocete a ti mismo, para cambiar lo necesitas (parte 1):
Gracias a Dios, por fin vuelvo a publicar algo
Tan solo quiero comentarles, que la semana pasada, fue una de aquellas en las que hubo que descanzar un poco. Fue mi primer semana en mi nuevo empleo, y también una semana en la que me la pase enfermo. Estuve malo de la garganta, con gripa y tos… así que ese fue el motivo por el que no pude publicar algo nuevo. Esta semana espero publicar al menos un programa por día. Por ahora, disfruten de este que he encontrado de parte de la Hermana Angélica.
Tan solo quiero comentarles, que la semana pasada, fue una de aquellas en las que hubo que descanzar un poco. Fue mi primer semana en mi nuevo empleo, y también una semana en la que me la pase enfermo. Estuve malo de la garganta, con gripa y tos… así que ese fue el motivo por el que no pude publicar algo nuevo. Esta semana espero publicar al menos un programa por día. Por ahora, disfruten de este que he encontrado de parte de la Hermana Angélica.
DIOS TE AMA, TE ESCUCHA Y TE HABLA: Jorge Loring - Maria ...
DIOS TE AMA, TE ESCUCHA Y TE HABLA: Jorge Loring - Maria <b>...</b>: Catorce desaparecidos tras desplomarse un edificio en Rusia - El derrumbe ocurrioacute; tras una explosioacute;n de gas en el recinto. Las autoridades locales barajan la posibilidad de que el accidente se debiera al s.
LIBROS SAPIENCIALES - JOB
Job 1-2 Prólogo: Job y Satanás 3-37 Diálogos entre Job y sus 'amigos' 38-41 El Señor parla a Job 42 La confesión y restauración de Job
PRÓLOGO NARRATIVO
Presentación de Job
1 1 Había en el país de Us un hombre llamado Job. Este hombre era íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal. 2 Le habían nacido siete hijos y tres hijas, 3 y poseía una hacienda de siete mil ovejas, y tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas, además de una servidumbre muy numerosa. Este hombre era el más rico entre todos los Orientales.
4 Sus hijos tenían la costumbre de ofrecer por turno un banquete, cada uno en su propia casa, e invitaban a sus tres hermanas a comer y a beber con ellos. 5 Una vez concluido el ciclo de los festejos, Job los hacía venir y los purificaba; después se levantaba muy de madrugada y ofrecía un holocausto por cada uno de ellos. Porque pensaba: “Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en su corazón”. Así procedía Job indefectiblemente.
El comienzo de la prueba
6 El día en que los hijos de Dios fueron a presentarse delante del Señor, también el Adversario estaba en medio de ellos. 7 El Señor le dijo: “¿De dónde vienes?”. El Adversario respondió al Señor: “De rondar por la tierra, yendo de aquí para allá”. 8Entonces el Señor le dijo: “¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal”. 9Pero el Adversario le respondió: “¡No por nada teme Job al Señor! 10 ¿Acaso tú no has puesto un cerco protector alrededor de él, de su casa y de todo lo que posee? Tú has bendecido la obra de sus manos y su hacienda se ha esparcido por todo el país. 11 Pero extiende tu mano y tócalo en lo que posee: ¡seguro que te maldecirá en la cara!”. 12 El Señor dijo al Adversario: “Está bien. Todo lo que le pertenece está en tu poder, pero no pongas tu mano sobre él”. Y el Adversario se alejó de la presencia del Señor.
Job privado de sus bienes y de sus hijos
13 El día en que sus hijos e hijas estaban comiendo y bebiendo en la casa del hermano mayor, 14 llegó un mensajero y dijo a Job: “Los bueyes estaban arando y las asnas pastaban cerca de ellos, 15 cuando de pronto irrumpieron los sabeos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo solo pude escapar para traerte la noticia”. 16 Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: “Cayó del cielo fuego de Dios, e hizo arder a las ovejas y a los servidores hasta consumirlos. Yo solo pude escapar para traerte la noticia”. 17 Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: “Los caldeos, divididos en tres grupos, se lanzaron sobre los camellos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo solo pude escapar para traerte la noticia”. 18 Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: “Tus hijos y tus hijas comían y bebían en la casa de su hermano mayor, 19 y de pronto sopló un fuerte viento del lado del desierto, que sacudió los cuatro ángulos de la casa. Esta se desplomó sobre los jóvenes, y ellos murieron. Yo solo pude escapar para traerte la noticia.
20 Entonces Job se levantó y rasgó su manto; se rapó la cabeza, se postró con el rostro en tierra 21 y exclamó:
La culminación de la prueba
2 1 El día en que los hijos de Dios fueron a presentarse delante del Señor, también fue el Adversario en medio de ellos, para presentarse delante del Señor. 2 El Señor le dijo: “¿De dónde vienes?”. El Adversario respondió al Señor: “De rondar por la tierra, yendo de aquí para allá”. 3 Entonces el Señor le dijo: “¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal. Él todavía se mantiene firme en su integridad, y en vano me has instigado contra él para perderlo”. 4 El Adversario respondió al Señor: “¡Piel por piel! Un hombre da todo lo que tiene a cambio de su vida. 5 Pero extiende tu mano contra él y tócalo en sus huesos y en su carne: ¡seguro que te maldecirá en la cara!”. 6 El Señor respondió al Adversario: “Está bien. Ahí lo tienes en tu poder, pero respétale la vida”.
7 El Adversario se alejó de la presencia del Señor, e hirió a Job con una úlcera maligna, desde la planta de los pies hasta la cabeza. 8 Job tomó entonces un pedazo de teja para rascarse, y permaneció sentado en medio de la ceniza. 9 Su mujer le dijo: “¿Todavía vas a mantenerte firme en tu integridad? Maldice a Dios y muere de una vez”.10 Pero él le respondió: “Hablas como una mujer insensata. Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿no aceptaremos también lo malo?”. En todo esto, Job no pecó con sus labios.
Los amigos de Job
11 Tres amigos de Job se enteraron de todos los males que le habían sobrevenido, y llegaron cada uno de su país. Eran Elifaz de Temán, Bildad de Súaj y Sofar de Naamá, los cuales se pusieron de acuerdo para ir a expresarle sus condolencias y consolarlo. 12Al divisarlo de lejos, no lo reconocieron. Entonces se pusieron a llorar a gritos, rasgaron sus mantos y arrojaron polvo sobre sus cabezas. 13 Después permanecieron sentados en el suelo junto a él, siete días y siete noches, sin decir una sola palabra, porque veían que su dolor era muy grande.
DIÁLOGO ENTRE JOB Y SUS AMIGOS
Monólogo inicial: la protesta de Job
3 1 Después de esto, Job rompió el silencio y maldijo el día de su nacimiento. 2 Tomó la palabra y exclamó:
5 Que lo reclamen para sí las tinieblas y las sombras, que un nubarrón se cierna sobre él y lo aterrorice un eclipse de sol.
6 ¡Sí, que una densa oscuridad se apodere de él y no se lo añada a los días del año ni se lo incluya en el cómputo de los meses!
9 Que se oscurezcan las estrellas de su aurora; que espere en vano la luz y no vea los destellos del alba.
Primer discurso de Elifaz: la felicidad de los justos
2 ¿Se atrevería alguien a hablarte, estando tú tan deprimido? Pero ¿quién puede contener sus palabras?
16 alguien está de pie, pero no reconozco su semblante, es sólo una forma delante de mis ojos; hay un silencio, y luego oigo una voz:
14 En pleno día, chocan contra las tinieblas, y andan a tientas al mediodía, como si fuera de noche.
21 Estarás protegido contra el azote de las malas lenguas y no temerás cuando llegue la devastación.
Respuesta de Job: la miseria del hombre sobre la tierra
4 Las flechas del Todopoderoso están clavadas en mí y mi espíritu absorbe su veneno; los terrores de Dios están enfilados contra mí.
10 Entonces tendría de qué consolarme y saltaría de gozo en mi implacable tormento, por no haber renegado de las palabras del Santo.
26 ¿O pretenden arreglarlo todo con reproches, mientras echan al viento las palabras de un desesperado?
7 1 ¿No es una servidumbre la vida del hombre sobre la tierra? ¿No son sus jornadas las de un asalariado?
11 Por eso, no voy a refrenar mi lengua: hablaré con toda la angustia de mi espíritu, me quejaré con amargura en el alma.
Primer discurso de Bildad: la triste suerte de los impíos
6 si te mantienes puro y recto, seguramente, él pronto velará por ti y restablecerá tu morada de hombre justo.
Respuesta de Job al discurso de Bildad:la fuerza irresistible de Dios
24 Si un país cae en manos de un malvado, pone un velo sobre el rostro de los jueces: si no es él, ¿quién otro puede ser?
10 1 Mi alma está asqueada de la vida, quiero dar libre curso a mi queja, expresaré toda mi amargura.
3 ¿Es un placer para ti oprimir, despreciar la obra de tus manos y favorecer el designio de los malvados?
17 Suscitas contra mí nuevos testigos, acrecientas tu furor contra mí y me atacas con tropas de relevo.
Primer discurso de Sofar: la sumisión al juicio de Dios
6 si te revelara los secretos de la sabiduría, tan sutiles para el entendimiento, sabrías que Dios aún olvida una parte de tu culpa.
8 Ella es más alta que el cielo: ¿qué puedes hacer tú? Es mas honda que el Abismo: ¿qué puedes entender?
20 Pero los ojos de los malvados se consumen, les falta todo refugio y el último suspiro será su única esperanza.
Respuesta de Job: los designios desconcertantes de Dios
3 Pero yo también, como ustedes, soy capaz de entender, no estoy en nada por debajo de ustedes; ¿o acaso hay alguien que ignore estas cosas?
4 El que invoca a Dios para que él le responda, ha llegado a ser la irrisión de sus amigos: ¡el justo, el perfecto, es un motivo de irrisión!
6 Las carpas de los salteadores están en paz; hay seguridad para los que provocan a Dios, para el que tiene a Dios en un puño.
Requisitoria de Job al Señor
27 tú que pones mis pies en el cepo, tú que vigilas todos mis senderos y cercas las plantas de mis pies!
ya que le has puesto un límite infranqueable, 6 ¡aparta de él tu mirada y déjalo solo, para que disfrute de su jornada como un asalariado!
7 Para el árbol hay una esperanza: si es cortado, aún puede reverdecer y no dejará de tener retoños.
12 así el hombre se acuesta y no se levanta; desaparecerán los cielos, antes que él se despierte, antes que se alce de su sueño.
13 ¡Ah, si tú me ocultaras en el Abismo, si me escondieras hasta que pase tu enojo y me fijaras un plazo para acordarte de mí!
19 las aguas desgastan las piedras, al polvo de la tierra se lo lleva el aguacero: ¡así tú destruyes la esperanza del mortal!
Segundo discurso de Elifaz: nadie es justo ante Dios
20 El malvado se atormenta todos los días de su vida, muy pocos años están reservados al hombre cruel;
El día tenebroso 24 lo aterra, la angustia y la opresión lo acometen, como un rey preparado para el ataque.
28 Ahora habita en ciudades destruidas, en casas donde ya nadie vive, que amenazan convertirse en escombros.
30 No escapará de las tinieblas, una llama secará sus retoños, su flor será arrastrada por el viento.
Respuesta de Job: la incomprensión de los amigos y el aparente abandono de Dios
Segundo discurso de Bildad: el castigo inexorable de los malvados
4 Tú, que te desgarras en tu enojo: ¿acaso la tierra quedará desierta por tu causa o la roca será removida de su sitio?
Respuesta de Job: la íntima esperanza en la reivindicación
12 Sus escuadrones llegaron en tropel, se abrieron camino hasta mí y acamparon alrededor de mi carpa.
29 teman que la espada los hiera a ustedes mismos, porque esas son culpas dignas de la espada: y entonces sabrán que hay un juez.
Segundo discurso de Sofar: la justa retribución de la maldad
23 Mientras él llena su vientre, Dios descarga el ardor de su ira y hace llover el fuego de su enojo sobre él.
Respuesta de Job: ¿dónde está la justicia de Dios?
29 Pero ¿no han preguntado a los que pasan por el camino? ¿No han advertido, por las señales que dan,
33 Son dulces para él los terrones del valle; todo el mundo desfila detrás de él, y ante él, una multitud innumerable.
Tercer discurso de Elifaz: los sufrimientos de Job, atribuidos a sus pecados
Respuesta de Job: el silencio de Dios y el triunfo del mal
12 De la ciudad, salen los gemidos de los moribundos, las gargantas de los heridos piden auxilio, ¡pero Dios no escucha sus plegarias!
15 El adúltero aguarda la penumbra, pensando: “¡Ningún ojo me verá!”, y se cubre la cara con un velo.
Tercer discurso de Bildad: himno a la grandeza de Dios
Respuesta de Job: afirmación de su inocencia
1 Job replicó, diciendo:
2 ¡Por el Dios viviente, que me priva de mi derecho, y por el Todopoderoso, que me llenó de amargura:
Tercer discurso de Sofar: insistencia en el justo castigo de los malvados
24 18 Es algo frágil sobre la superficie de las aguas, su posesión es maldecida en el país y nadie toma el camino de sus viñedos.
19 La sequía y el calor consumen las aguas de la nieve, y el Abismo arrebata a aquellos que pecaron.
20 El seno que lo formó se olvida de él, nadie más se acuerda de su nombre, y la injusticia es quebrada como un árbol.
22 Pero aquel que con su fuerza sojuzga a los tiranos, se levanta, y no le permite que cuente más con su vida.
24 Se encumbró por un instante, y ya no existe, se dobla como una hierba amarga que se arranca y se marchita como la cabeza de una espiga.
PARÉNTESIS: REFLEXIÓN SOBRE LA SABIDURÍA
La Sabiduría, inaccesible a los hombres
La Sabiduría, sólo accesible al Creador
CONCLUSIÓN DEL DIÁLOGO
Último discurso de Job: evocación de la felicidad pasada
25 Yo les elegía el camino y me ponía al frente; me instalaba como un rey con sus tropas y adonde yo los llevaba, se dejaban guiar.
La miseria del momento presente
15 Los terrores se han vuelto contra mí, mi dignidad es arrastrada como por el viento, mi esperanza de salvación ha pasado como una nube.
Amarga queja contra Dios
Declaración de la propia inocencia
2 Porque ¿cuál es la porción que Dios asigna desde lo alto y la herencia que el Todopoderoso distribuye desde el cielo?
15 El que me hizo a mí, ¿no lo hizo también a él? ¿No es uno mismo el que nos formó en el seno materno?
28 ¡también eso sería un delito reprobado por los jueces, porque yo habría renegado del Dios de lo alto!
34 porque temía el murmullo de la gente o me asustaba el desprecio de mis parientes, y me quedaba en silencio, sin salir a la puerta...
En cuanto al documento que escriba mi oponente, 36 yo lo llevaré sobre mis espaldas, y me lo ceñiré como una corona.
ENTRADA EN ESCENA DE ELIHÚ
La reacción de Elihú
32 1 Estos tres hombres dejaron de responder a Job, porque él estaba convencido de su justicia. 2 Entonces se encendió la ira de Elihú, hijo de Baraquel, el buzita de la familia de Ram. Su ira se encendió contra Job, porque él pretendía ser más justo que Dios. 3 Y su ira se encendió también contra sus tres amigos, porque no habían encontrado una respuesta, con lo cual condenaban a Dios. 4 Mientras ellos hablaban con Job, Elihú se había mantenido a la expectativa, porque ellos tenían más edad que él.5 Pero al ver que estos tres hombres se habían quedado sin respuesta, se llenó de indignación.
15 En un sueño, en una visión nocturna, cuando un profundo sopor invade a los hombres y ellos están dormidos en su lecho,
26 invoca a Dios, que se le muestra propicio, contempla su rostro con gritos de alegría, anuncia a los demás su salvación,
10 Por eso, escúchenme, hombres sensatos: ¡lejos de Dios la maldad, y del Todopoderoso, la injusticia!
19 que no toma partido por los príncipes ni favorece al rico en perjuicio del pobre, porque todos son obra de sus manos!
20 Ellos mueren en un instante, en plena noche; él hiere a los nobles, y desaparecen, depone al hombre fuerte sin la ayuda de nadie.
37 Porque él, a su pecado, añade la rebeldía, aplaude en medio de nosotros y multiplica sus palabras contra Dios.
11 el que nos instruye más que a las bestias de la tierra y nos hace más sabios que a los pájaros del cielo?”.
14 Menos aún cuando tú dices que no lo ves, que hay un juicio pendiente ante él, y que tú lo esperas.
16 También a ti te invita a pasar de la angustia a un lugar espacioso y sin estrechez, donde tu mesa, bien servida, estará llena de manjares.
17 Pero si tu medida está colmada para el juicio condenatorio, el juicio y la sentencia te arrastrarán.
12 que gira en derredor, conforme a sus planes, para ejecutar cada uno de sus mandatos por toda la superficie de la tierra:
21 Hasta ahora no se veía la luz: estaba oscurecida por las nubes; pero pasó un viento y las disipó.
LA INTERVENCIÓN DE DIOS
Interpelación inicial
El señorío de Dios sobre la tierra y el mar
El señorío de Dios sobre los fenómenos meteorológicos
El señorío de Dios sobre los animales
41 ¿Quién prepara las provisiones para el cuervo, cuando sus pichones claman a Dios y andan errantes por falta de alimento?
25 Relincha a cada toque de trompeta, desde lejos olfatea la batalla, las voces de mando y los gritos de guerra.
El desafío del Señor y la respuesta de Job
Interpelación inicial del Señor
Behemot, el hipopótamo
Leviatán, el cocodrilo
Última respuesta de Job
EPÍLOGO
El reproche del Señor a los amigos de Job
7 Después de haber dirigido estas palabras a Job, el Señor dijo a Elifaz de Temán: “Mi ira se ha encendido contra ti y contra tus dos amigos, porque no han dicho la verdad acerca de mí, como mi servidor Job”. 8 Ahora consíganse siete toros y siete carneros, y vayan a ver a mi servidor Job. Ofrecerán un holocausto por ustedes mismos, y mi servidor Job intercederá por ustedes. Y yo, en atención a él, no les infligiré ningún castigo humillante, por no haber dicho la verdad acerca de mí, como mi servidor Job. 9Entonces Elifaz de Temán, Bildad de Súaj y Sofar de Naamá fueron a hacer lo que les había dicho el Señor, y el Señor tuvo consideración con Job.
La reivindicación de Job
10 Después, el Señor cambió la suerte de Job, porque él había intercedido en favor de sus amigos, y duplicó todo lo que Job tenía. 11 Todos sus hermanos y sus hermanas, lo mismo que sus antiguos conocidos, fueron a verlo y celebraron con él un banquete en su casa. Se compadecieron y lo consolaron por toda la desgracia que le había enviado el Señor. Y cada uno de ellos le regaló una moneda de plata y un anillo de oro.
12 El Señor bendijo los últimos años de Job mucho más que los primeros. El llegó a poseer catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. 13 Tuvo además siete hijos y tres hijas. 14 A la primera la llamó “Paloma”, a la segunda “Canela”, y a la tercera “Sombra para los párpados”. 15 En todo el país no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job. Y su padre les dio una parte de herencia entre sus hermanos.
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